Nacido para
disimular la corta duración de
Resident Evil 3, el
modo mercenarios se ha ido puliendo en RE: Code Veronica y RE4, hasta llegar a una sólida experiencia de juego en
Resident Evil 5.
Capcom ha querido seguir potenciando la experiencia en Resident Evil: The Mercenaries, un título de acción que suponte el estreno de la saga en
Nintendo 3DS.
El juego carece de historia como tal, es una sucesión de retos; tenemos 30 misiones de varios minutos de duración en los que tendremos que cumplir distintos objetivos, basándonos en escenarios de
Resident Evil 4 y 5. Con los retos superados (con buena puntuación, para conseguir
medallas) vamos desbloqueando distinto contenido, desde personajes extra a trajes, armas y lo más importante
habilidades especiales, mejoras que irán haciendo a nuestros
caza-zombies más letales (golpes críticos, más daño con un arma / ataques cuerpo a cuerpo, minimizar el daño, recargar más rápidamente...). La experiencia es muy jugable, y una vez nos acostumbremos al control será muy sencillo.
El control es uno de los puntos grises del juego; no tenemos segundo stick para apuntar, así que cuando apuntamos nos tenemos que parar.
Capcom ha apostado por un extraño sistema híbrido que nos permite mover un poco la cámara con la pantalla táctil (que también sirve de atajo para las armas, lo que sí es un interesante acierto), y movernos mientras seguimos apuntando pulsando L (lo que es una especie de carrera/esquive). El sistema no termina de funcionar perfectamente, pero tras algunas partidas nos habremos acostumbrado y comenzaremos a exprimir el potencial del juego.
Tras probar a fondo el título, uno de los grandes fallos que se habían anunciado con su lanzamiento -
el sistema de pila que no permite borrar partida - no nos parece demasiado importante; es cierto que si pilláis el juego de segunda mano los niveles, personajes y habilidades ya estarán desbloqueados, pero siempre tendremos acceso a todo el juego (tutoriales de inicio incluidos) para rejugar y mejorar las puntuaciones, que al fin y al cabo es lo mejor del título. No es lo idóneo - y la misma
Capcom se ha dado cuenta del error -, pero tampoco perjudica gravemente la experiencia.
Técnicamente nos encontramos con un título realmente sólido, tanto por su lograda sensación 3D como por su excelente puesta en escena; hay momentos en los que nos parecerá estar jugando a una versión
mini de
Resident Evil 5. Por supuesto, hay algunos fallos destacables (como los enemigos apareciendo de golpe en la distancia), pero resulta fácil perdonarlos y disfrutar visualmente del juego.
La experiencia online,
dejando a un lado algunos fallos a la hora de conectarnos (que se arreglan poniendo primero la opción de partida local o haciendo de host) es bastante buena para una portátil; resulta realmente divertido despachar zombies luchando y compitiendo con otro jugador. Eso sí, si habéis probado
Los Mercenarios en
RE5 vais a echar en falta un micrófono; el menú táctil para dar indicaciones al compañero se queda corto.