La mecánica de juego clásica de
Resident Evil se ha adaptado a la primera persona con notable éxito. En la exploración y los enfrentamientos la fórmula funciona muy bien (a veces, incluso mejor que en los originales con cámaras forzadas), y es sencillo acostumbrarse a moverse, apuntar y escapar. El sistema de apuntado y acción nos ha recordado a Resident Evil 4, uno de los mejores episodios de la saga, y la inmersión utilizando
Playstation VR es asombrosa.
Desgraciadamente no todo es bueno. La dificultad tiene altibajos, la IA de los enemigos es un tanto inestable, y los
sustos prefabricados son muy evidentes cuando un enemigo se genera de la nada a nuestra espalda... Por no hablar de los momentos de avanzar por 'ensayo y error', o de las muertes injustas (aunque al menos recibiremos valiosos consejos).
Afortunadamente el juego es muy divertido (y atmosférico) cuando funciona bien, y esos pequeños fallos son fáciles de barrer bajo la alfombra.