Arthur Morgan dispone de un completo repertorio de acciones que funcionan a las mil maravillas. La acción se resuelve con un sistema de apuntado automático que es de gran ayuda si somos poco habilidosos pero que podemos desactivar si queremos disfrutar de una mayor dificultad y experiencia real del salvaje oeste, el sistema de cobertura funciona correctamente, pero tendremos que estar atentos ya que los elementos son destruibles y podemos quedarnos vendidos ante un fuego intenso. Ahora no podremos llevar encima todas las armas que queramos, teniendo que elegir entre una que cada tipo, quedando el resto en nuestro caballo, así que siempre debemos prepararnos antes de dejar nuestro caballo atrás.
En esta segunda entrega nuestro personaje dispone de tres indicadores principales, que son la vida, resistencia y dead eye, cada uno de ellos tiene un núcleo que debemos mantener lo más lleno posible si no queremos sufrir penalizaciones como no poder correr o una recuperación de vida muy lenta, para ello hay múltiples objetos que podemos consumir y fabricar como medicinas, plantas o alimentos cocinados con especias. El dead eye vuelve a ser una parte importante de la acción, esa suerte de tiempo bala que nos permite eliminar a varios enemigos de una vez y que nos sacará de más de un apuro.
El caballo cobra mucho más importancia en esta entrega. Tendremos un gran número de razas disponibles, cada una con sus características, muchos de ellos serán salvajes y si queremos tenerlos tendremos que domarlos. Además de usarlos para cargar las pieles, personas y armas, tendremos que alimentarlos y limpiarlos para que se mantengan sanos. Conforme usemos y nos relacionemos con el caballo este mejorará su vinculo con nosotros y podrá hacer más acciones y mejorar sus características.