Un control de los vehículos correcto que no permite disfrutar de la conducción a fondo en ningún sentido? Casi de tiempos de 16 bits.
Este juego, de haber seguido fiel a su propuesta con un apoyo lógico al control y desarrollo, se habría convertido en una agradable sorpresa a tener en cuenta por fresco y divertido, pero, cuando
el control de los vehículos, la jugabilidad de un juego de conducción al fin y al cabo,
ha sido dejada de lado por simple y limitada, el peso entero del título cae por su propio peso.
Una pena, porque sin duda ésta es la principal desventaja de todo el conjunto: la falta de convicción en cuanto a conducción se refiere? Y no es porque se haya centrado el conjunto en el arcade y no en la simulación. Aún siendo asequible y fácil de controlar, se ha superado la línea de lo realmente tolerable para resultar un desafío?
Lo que encontramos es simplemente esquivar coches a derecha o izquierda sin posibilidades de salirnos de la carretera (siempre está limitada por una valla invisible o no) o ejercer espectaculares maniobras.
Tanto
?Driver? como el muy superior
?Burnout? salen triunfantes en este apartado en concreto que, dando la casualidad que es alma del juego, lo acaba relegando a un lugar entre segundos por ser presa de sus propios e incomprensibles errores?
Y es en verdad una lástima, porque se nota que los chicos de
?Bigbig? han puesto voluntad en todo el conjunto, pero tal vez las prisas han acabado con todas las posibilidades de sorpresa real de
?Pursuit Force?, que acabará quedando en anécdota con el paso del tiempo.
Todo es demasiado simple, demasiado sencillo.
Nos limitamos a pulsar el acelerador en todo momento, sin importar el tipo de curva. Si es muy cerrada, pues un poquito el freno y poco más. No importa demasiado, puesto que todos parecen autopistas por muy céntrica que sea la calle, y no vamos a encontrar demasiados peraltes o desniveles, ni siquiera obstáculos de tipo alguno; lo que le habría dado más emoción.
Lo único que encontraremos es el tráfico casi siempre en nuestra misma dirección (ni siquiera podemos jugar con los carriles en la mayoría de los casos) y los ?malos? pisándonos los talones, nada más.
En el sector de la imitación de la física, el resultado es también muy ajustado.
Los diferentes vehículos ofrecen bien una distinción en cuanto a sensación de peso, pero la conducción no sufre demasiados cambios, con independencia de lo que estemos montando. Da igual lo que llevemos o saltemos para tomar, las curvas las tomaremos prácticamente todas igual, sin importar el momento o lugar.
Igualmente, no nos será posible jugar a callejear para intentar despistar a nuestros perseguidores;
los escenarios, por muy urbanos que sean, siempre están limitados dentro de un circuito no circular que no permite salirse de sus confines.
Ya podrían haber copiado al
?Driver? o cualquiera de las referencias anteriores en este aspecto para darle mayor solidez, pero se ve que no han tenido esa suerte? O ese empeño.
Pisar a fondo y esquivar mientras disparamos con selección automática. Cambiamos el blanco con un botón, pero no importa donde estemos o qué haga el coche enemigo, los disparos van a él sin que nos haga falta verlo. Hecho para agilizar las persecuciones y el ritmo, pero consigue que no importe demasiado nuestro estilo de conducir o lo que hagamos, poco varía el resultado a no ser que consigamos hacernos con un arma más potente que los elimine antes?
La sorpresa tampoco llega cuando bajamos de un vehículo y proseguimos la fase a pie. Nuestro hombre puede esconderse y atacar cuerpo a cuerpo en distancias cortas, pero el conjunto sigue siendo demasiado plano? Anda y dispara, anda y dispara? Una vez más: Demasiado simple, demasiado limitado.