Puppeteer puede presumir de ser un título único, una auténtica joya de los estudios japoneses de Sony con colaboración de SCEE, una interesante mezcla cultural
que, sin duda, conseguirá llamar vuesta atención.
Basado en la estética del teatro de marionetas japonés, el juego nos mete en la piel de
un niño secuestrado y convertido en marioneta en un extrañísimo mundo. Nuestro héroe además
pierde la cabeza, y tiene que comenzar una aventura alucinante para tratar de recuperarla. En el camino encontrará todo tipo de sustitutos para ella (algo base en la mecánica del juego, que nos pide ir intercambiando las cabezas de nuestro protagonista), conseguirá poderes únicos y se hará con
Calibur, una poderosa tijera mágica que le ayudará a enfrentarse a toneladas de marionetas villanas.
Puppeteer es, en la mayor parte de su desarrollo, un plataformas normalito, sin grandes alardes, y sin embargo,
lo mejor que esconde el disco de juego es su espíritu aventurero, su original puesta en escena, inolvidables combates contra colosales enemigos finales y un sinfín de momentos que se nos quedarán grabados, toda una experiencia. A pesar de lo que diga la caja, el título no está hecho para dos personas; nuestro protagonista se controla con el stick izquierdo y los botones, mientras que su
ayudante se puede controlaar con el stick derecho o un segundo mando, aunque así simplemente podemos interactuar con ellos con los escenarios, destacando secretos o simplemente haciendo que caigan partes del decorado y el público - y nosotros - se arranque a reír.
Con el
cambio de cabeza hay que distinguir dos tipos:
- Las
normales, que nos sirven para proteger a nuestro héroe (podemos llevar hasta 3, y cada una soporta un impacto). Además de ser muy simpáticas - balones, arañas, piedras... - nos dan una animación especial, que nos permite solucionar determinados puzles.
- Las
especiales, como
ninja o
caballero. Se asignan a los distintos botones del pad, y nos dan habilidades únicas (e imprescindibles) como lanzar bombas o protagernos con una barrera.
Con esta dinámica tendremos que superar un montón de retos y desafíos
a lo largo de 10-12 horas de juego (aunque las escenas de historia pueden llevarse una parte importante), y se ha intentado por todo lo posible añadir distintos elementos que disparen la rejugabilidad del título, incluyendo distintas cabezas especiales para solucionar puzles.
El problema principal que hemos encontrado
es una estética un poco infantil que contrasta con su público potencial; el juego es demasiado adulto para los niños (tanto en sentido del humor como en dificultad), y un pelín facilón/tontorrón para los expertos del pad. Con todo, cualquier amante del mundo de los videojuegos debería darle una oportunidad, ya que si su mecánica nos engancha... Vamos a disfrutar de una experiencia muy especial.