Análisis Project Spark - Xbox One

Es enormemente difícil calcular la duración que tiene Project Spark, porque sus posibilidades dependen en gran medida de nuestra creatividad e ingenio, nuestras ganas de experimentar y nuestra paciencia. Para que os hagáis una idea, los tutoriales nos llevarán varias horas, y posteriormente nos podemos tirar 20-30 horas para crear nuestra primera experiencia demo, según el género con el que queramos experimentar (plataformas, rol, carreras, estrategia...). Con la opción de compartir la duración se dispara, pero echamos de menos un juego base más sólido, o más experiencias pre-hechas para inspirar a los jugadores menos creativos.

El punto más débil de Project Spark es su interfaz, que empieza siendo muy compleja, y a la que tardaremos mucho en acostumbrarnos (incluso hemos detectado varios problemas de reconocimiento). Los menús pueden ser laberínticos y muy poco intuitivos, y tenemos que estar continuamente navegando por ellos si queremos experimentar mínimamente o llegar a algún resultado potable. Microsoft ha tratado de conseguir una experiencia más sencilla con opciones como Kinect, pero... El resultado final necesita más trabajo.

Project Spark es la respuesta de Microsoft a la línea Crea-Comparte-Juega que encabeza en Playstation la saga LittleBigPlanet, pero en lugar de ofrecernos un juego base, aquí nos encontraremos distintas demos de todo tipo de géneros, y más herramientas creativas para convertir la experiencia en algo único. El juego, sin llegar a ser nada revolucionario, es algo único en Xbox One e incorpora ideas muy interesantes para los jugones más creativos...

Project Spark es un título muy bonito, y con una enorme biblioteca de creaciones (si nos hacemos con la versión de pago) que muestran su potencial. Los resultados en proyectos demo o experimentando con el motor gráfico son sorprendentemente sólidos, y la puesta en escena es visualmente muy agradable, sin alardes innecesarios pero con un exquisito diseño artístico. La banda sonora base (posteriormente podremos añadir nuestra música) es también un aliciente para los melómanos. Nos llega traducido al castellano.