Una de las apuestas cooperativas del verano nos llega en forma de segunda parte de un juego que era exclusivo en PS3 y PC, Payday: The Heist, y cuya secuela nos llega también en Xbox 360. Y la verdad es que este PayDay 2 es un juego muy interesante para jugar con varios amigos (hasta cuatro) y
disfrutar de una verdadera experiencia cooperativa ya que a diferencia de otros juegos similares como Left4Dead, o el propio modo zombi de Call of Duty,
en Payday2 los jugadores tendrán que especializarse cada uno en una rama para poder colaborar y salir con éxito de algunas de las misiones, sobre todo de las más complicadas.
Para empezar, podríamos definir el juego como un '
simulador de atracos para cuatro jugadores en modo cooperativo' , que es básicamente lo que haremos en todos los mapas del juego. Al elegir una misión se nos asignarán una serie de objetivos que tendremos que realizar como robar una cantidad de dinero, robar joyas o, simplemente, romper todo lo que veamos en un lugar hasta que la cantidad de destrozo ascienda a una cifra.
El desarrollo del juego es muy frenético, con un movimiento de los personajes muy rápido y fluido que ayuda muchísimo a la acción, lo que hace que enganche muchísimo. Además, cuando aprendemos a jugar (lo que no es fácil) vemos el
gran nivel de profundidad con el que cuenta PayDay 2 y la de acciones que podemos realizar, incluso estrategias que nos pueden llevar a la victoria en ciertos momentos. Por ejemplo, uno de los personajes tiene la posibilidad de atar a rehenes lo que hará, por un lado, que la policía no nos dispare si los mantenemos delante de nosotros, pero también que vayan a liberarlos antes de atacarnos, algo que nos permitiría distraerlos atándolos bien lejos de la acción. También podremos intercambiar algún rehén por alguno de nuestros compañeros capturados si cuando caen nadie les ayuda.
Estas no son las únicas acciones que podremos llevar a cabo, aparte de las típicas de pegar tiros contra oleada tras oleada de policías a cual más fuertes (seguratas, policías, la especial que incluso nos llegarán a paralizar con la pistola eléctrica, hasta llegar a los S.W.A.T). También, y como si se hubiese
tomado prestado del modo zombi de Call of Duty, podremos pegar tablones en las ventanas para dificultar la entrada de la policía, así como otras acciones si nuestro estilo es más 'sigiloso', como
utilizar silenciadores en nuestras armas e incluso recoger las radios de la policía caída para contestar por ellos y que no den la voz de alarma.
Y es que es aquí donde el juego destaca sobre manera gracias
al nivel de profundidad que tiene el juego y la gran cantidad de opciones que podremos realizar no solo pegar tiros y robar cajas fuertes. Si jugamos con amigos tendremos incluso un tiempo inicial para planificar nuestra estrategia (por ejemplo jugando con auriculares) ya que cada misión nos sitúa en los mapas sin que nadie sospeche nada y sin que los personajes tengan sus máscaras puestas, por lo que podremos estudiar toda la situación a través de las ventanas o entrando en los establecimientos sin acercarnos a la seguridad. Sin embargo, no todos los elementos del juego nos resultan tan positivos.
Los mapas donde se desarrollan las misiones son, en su mayoría, pequeños, lo que hace que la acción se concentre y que la intensidad suba bastante, aunque la primera sensación es la de poca movilidad, además de que todos se parecen demasiado entre sí (sobre todo los primeros que tendremos a nuestra disposición). Además hay otro problema añadido, y es el hecho de
estar rodeados de los típicos muros invisibles que no nos permiten ir en prácticamente ninguna dirección salvo a los puntos donde la acción transcurre, algo que ya hemos dicho en otras ocasiones debería haber desaparecido en los juegos de hoy en día, sobre todo habiendo llegado una nueva generación de consolas y estando la actual en sus últimos meses de vida.
Hay más detalles negativos a tener en cuenta como el hecho de que PayDay 2 parece haberse diseñado con los jugadores de la primera parte en mente, los cuales se sentirán como en casa en esta segunda parte. Y es que la falta de información en la mayoría de las misiones hace que
las primeras (en plural) veces que juguemos estaremos bastante perdidos, y ocurrirá como en otros juegos similares en los que iremos un poco a tientas viendo lo que hacen otros jugadores. Esto ocurre en todas las misiones donde nos piden robar dinero pero no sabemos dónde ni cómo, es decir, a pesar de lo pequeño de los mapas no hay ningún indicador de donde se encuentra el dinero y después cuando lo encontramos no sabemos qué debemos hacer. Y cuando lo averiguamos, tampoco sabemos qué hacer con el dinero (a veces huir, otras entregarlo y volver a por más, otras esperar a que nos rescaten?) Además, la profundidad que hemos comentado ni se sabe hasta que no hemos echado un buen puñado de horas delante de la pantalla...
Como decimos, estos dos problemas y el hecho de tener que jugar online (por supuesto, hay que olvidarse de jugar offline ya que, aunque se puede, la IA de tus compañeros es horrible y es prácticamente imposible hacer misiones completas sin alguien humano a tu lado) pueden dejarse de lado tan pronto jugamos varias partidas y aprendemos lo que tenemos que hacer en cada uno de los mapas (es decir, no frustraros porque en las primeras partidas os maten a menudo). También tiene que ver en no frustrarse y mucho la evolución de nuestro personaje que se irá haciendo cada vez más fuerte como si de un juego de rol se tratase.
A medida que vamos haciendo misiones, el juego nos asigna un poco de dinero con los que podremos comprar nuevas armas y personalizaciones para nuestro personaje, desde mejoras en el traje hasta caretas nuevas especiales que podremos crearnos según patrones, colores y texturas. Pero no queda ahí la cosa, ya que
cada personaje cuenta con hasta cinco posibilidades de personalización para especializarse, como si de un juego de rol se tratase, con cinco árboles de categorías que nos otorgarán mejoras en prácticamente todas nuestras habilidades (desde la puntería o mejora de salud pasando por mayor rapidez a la hora de abrir cajas fuertes o poder ayudar a nuestros compañeros con botiquines o munición (lo típico en este tipo de juegos). Por supuesto, a medida que mejoramos el juego se irá haciendo más fácil y nos atreveremos con misiones más difíciles.
Eso sí; este sistema de evolución es tan similar al de los MMORPG (especialización de personaje), que puede no ser demasiado bueno si los jugadores no se compenetran bien, ya que si en una misma partida se dan cuatro jugadores con el mismo perfil, haría que en las misiones más difíciles esta sea prácticamente imposible (por ejemplo, todos curan y nadie abastece de munición...) Los desarrolladores también han pensado en esto y
cada jugador podrá reasignar sus puntos cuantas veces quiera sin necesidad de perder ninguno (tan solo algo de dinero). Aun así parece un poco engorroso que en cada partida haya que ver la configuración que necesitamos, y por ello pensamos que el juego puede ser realmente divertido jugando con amigos con los que ya estamos más compenetrados.
El apartado técnico es algo que nos ha llamado y mucho la atención por lo pobre que resulta. Lo mismo que encontrar muros invisibles a estas alturas y unos mapas tan pequeños, ver unos modelados de personajes más propios de los juegos de primera generación o unas caras de personajes que son un poema (planas y sin expresividad), además de una zona de juego con problemas y fallos en las texturas por doquier, demuestran que la compañía tenía en mente otro juego descargable (al igual que en la primera parte) donde no hubiese sido tan sangrante, pero es que a día de hoy hay muchos ejemplos de juegos mejores a nivel técnico que éste, e incluso más baratos.
El principal problema de PayDay 2 es el hecho de que la idea original era hacer un juego descargable, y el haberse convertido en un juego con tantas opciones y con tanta profundidad ha hecho la compañía que lo publica haya decidido cobrarnos 40€ en Xbox 360 y PS3 (o 30€ en PC), quizás algo excesivo para lo que el juego ofrece en su conjunto. Una curva de aprendizaje demasiado alta (estamos perdidos en las primeras partidas), un apartado técnico mediocre o unos mapas pequeños y muy repetitivos son sus puntos negativos, además de una completa falta de información en todas las misiones. Si dejamos de lado estos problemas y aprendemos a jugar nos encontraremos con un juego muy intenso y divertido sobre todo si jugamos con tres amigos más, intensidad que puede rallar la locura, pero si jugamos con tres desconocidos puede bajar algunos enteros la diversión, y si queremos jugar solos mejor comprarse otro juego.