Análisis Paper Mario: La Puerta Milenaria - 20 años de diversión ininterrumpida

Terminar Paper Mario: La Puerta Milenaria nos llevará alrededor de las 25-30 horas en nuestra primera partida, más rápido incluso que el original (entre otras cosas, por el viaje rápido o menores cargas). Además tenemos algunos extras interesantes para alargar el post-game, entre los que destacan 2 jefes finales adicionales, más objetos (y opciones de colección) y algunos retos adicionales, que suman otras 10 horas para aquellos completistas que quieran exprimir la aventura al 100%.

Muy bien diseñado en cuanto a dificultad y sensación de reto, La Puerta Milenaria sabe ser un desafío para el jugador sin resultar frustrante en ningún momento, gracias a un delicado equilibrio entre habilidad y leveo de los personajeS; si se nos atranca algún jefe o reto podemos volver a zonas anteriores, mejorar nuestro equipo y habilidades, y volver con más defensa y causando un daño mayor. El mayor pero que le podemos poner a este apartado es que ya hayas jugado al original, ya que los extras y mejoras son bastante ligeros.

A nivel jugable, Paper Mario: La Puerta Milenaria apuesta por un estilo de RPG por turnos pero activos, que nos piden estar muy atentos para minimizar el daño de los enemigos o causar nosotros un mayor daño pulsando botones en el momento correcto. De esta forma, se premia la habilidad, reflejos y destreza del jugador para causar daño crítico o evitar los golpes rivales. También hay que destacar el uso de objetos especiales y técnicas únicas de cada personaje; Mario luchará acompañado de un aliado (uno cada vez, tendremos que ir intercambiando), y hay que valorar que cada uno es totalmente único en su forma de luchar o combinar sus habilidades con las del fontanero.

Con la exploración de escenarios en un segundo lugar (la sal del juego son los divertidos combates) iremos superando distintos niveles en los que nuestras habilidades papel nos permitirán jugar con la perspectiva, llegar a zonas aparentemente inaccesibles y conseguir jugosos items y tesoros secretos, recompensándonos por cada rato invertido. Tener un buen equipo es fundamental para superar algunos de los jefes del juego, que además de muy divertidos y coloridos son sorprendentemente únicos, y nos arrancarán más de una sonrisa.

Creado en 2004 para Gamecube, Paper Mario: La Puerta Milenaria seguía - y evolucionaba - las mecánicas del Paper Mario original de Nintendo 64, pero añadiendo mayor potencia visual, más peso para la exploración de los escenarios y un poco de más profundidad rolera. Hablamos de uno de los títulos de referencia del catálogo de la consola, un juego que se convertiría en base a seguir de la franquicia en lo jugable, el estilo visual y la fórmula de exploración y puzles, además de su estilo desenfadado y paródico de los grandes J-RPGs de la época.

Eso sí, el re-estreno en Switch ha venido un tanto justito de novedades y mejoras; hay un lavado de cara, algunas mejoras de calidad de juego como el viaje rápido entre puntos, algunos retos adicionales entre los que destacan dos jefes inéditos y una galería de imágenes y melodías, lo que no está nada mal... Pero tampoco son extras tan importantes o revitalizantes para los que ya disfrutamos de la aventura original hace veinte años, ni para un juego que llega a precio completo al catálogo. Desde luego que sigue siendo un grandísimo juego de rol con toneladas de personalidad, pero nos hubiera gustado encontrar algo más en su salto a la portátil de sobremesa de Nintendo.

A nivel gráfico Paper Mario: La Puerta Milenaria es un importante lavado de cara sobre el juego de Gamecube, presentando mejores modelados de personajes, escenarios con más resolución y detalle, o incluso nuevas animaciones para algunos personajes. El apartado artístico sigue siendo sobresaliente, y el trabajo de Nintendo para actualizar el acabado visual es más que notable, aunque hemos notado un pasito atrás con respecto al Origami King, desarrollado desde cero para Switch. Lo que es muy difícil de justificar a estas alturas del partido es que no sean capaces de mover eso a 60FPS (como el original), y aunque es cierto que no se nota especialmente en un RPG como este, nos hubiera gustado encontrar un rendimiento mejor optimizado.

El apartado sonoro apuesta por una remasterización de los temas originales a cargo de Yoshito Hirano y Yuka Tsujiyoko, aunque también tenemos la banda sonora original completa de Gamecube disponible con una insignia si buscamos un sonido un poco más retro. Las composiciones son sobresalientes, y no vais a dejar de tararear los temas de batalla, o de reíros en los momentos menos serios mientras las composiciones se vienen abajo. El uso de los vítores para los combates es muy divertido, y compensa en parte la falta de voces. Los textos nos llegan perfectamente localizados y traducidos al castellano.