Never Alone - Análisis PS4, Xbox One y PC

En ocasiones surgen juegos que son difíciles de considerar como tales, ya que son esa clase de experiencias que merecen la pena disfrutar y que se enmascaran como si de un videojuego se tratase. Never Alone es uno de esos juegos, que puede disfrutarse solo o en compañía de un amigo en la misma consola en modo cooperativo. Una historia que se desarrolla como si de un juego de plataformas 2D clásico se tratase pero que combina a la perfección elementos de este género y de juego de puzles y en el que controlaremos en todo momento a dos personajes, cada uno de ellos con sus propias características que hará que tengamos que intercambiarlos entre ellos para avanzar. Lo principal de este juego está en la historia que nos cuentan y la forma de hacerlo, con una voz en off en el idioma nativo de Alaska, así como en la magia que destila o el mimo con el que todo está hecho, desde las ilustraciones a la banda sonora pasando por la propia historia basada en una leyenda de Alaska. El punto débil está, sin duda, en su duración, ya que en poco menos de cuatro horas puedes quedarte sin juego, y casi sin posibilidad de rejugarlo ya que la primera vez que juegas te quedarás sin casi secretos que desvelar, ni ilustraciones o vídeos que desbloquear.



Aun así, tanto en consola como en PC es de esos juegos que merece la pena tener en la colección, pasárselo una vez, volver a jugarlo con alguien en cooperativo y poder decir he disfrutado de Never Alone.