Análisis Nelke & the Legendary Alchemist: Ateliers of the New World - Un gran regalo de cumpleaños

Terminar Nelke and the Legendary Alchemists: Ateliers of the New World depende en gran medida de nuestra forma de jugar, y de lo que queramos conseguir, pero es difícil escapar de él antes de las 30 horas de juego. El título tiene distintos trucos para invitarnos a jugar, el más evidente la llegada progresiva de distintos héroes de la saga (empezando por la primera de las alquimistas ,Marie), pero también introduciendo distintos plazos de entrega para distintas misiones, lo que nos lleva a esforzarnos para conseguir objetivos contrarreloj... Aunque también sabe dejar que nos relajemos y experimentemos nosotros mismos.

Al tiempo oficial de misión que deberemos dedicarle a la ciudad - que se va consumiendo con nuestras decisiones y actuaciones - se le suma un tiempo libre que es el que nos deja experimentar más, acercarnos a los alquimistas para subir su nivel de amistad con Nelke (lo que tiene distintas recompensas) o dedicarnos a explorar, y aquí es donde entran las batallas (por turnos) del juego. La forma en la que juguemos depende en gran medida de nuestras prioridades, y además tenemos la opción de terminar la aventura principal y arrancar un Game Plus con todo lo conseguido, para llegar a la partida perfecta.

A nivel jugable, Nelke and the Legendary Alchemists: Ateliers of the New World se desmarca un poco de la fórmula rolera (que queda en segundo plano) para apostar por la gestión y la construcción. De esta manera nuestra responsabilidad principal en la piel de Nelke será ir haciendo crecer un pequeño pueblo que parece condenado a desaparecer, y para ello necesitaremos la ayuda de los Alquimistas legendarios, las heroínas y algún héroe que hemos conocido en los 17 juegos principales de Atelier. El resultado, aunque un tanto limitado, es más que divertido.

Quizá el punto más flojo del desarrollo sean las fases de exploración y combate, ya que se han dejado casi automatizadas (podemos jugar la mayoría de combates en automático sin que nuestra ayuda vaya a ser necesaria), ya que el juego nos lleva de la mano en este aspecto para que nos centremos en la parte de gestión, aunque los más puristas agraderán poder controlarlo ellos... Nosotros hubiéramos preferido también una mayor dificultad con mayores recompensas, y así quizá se hbiera podido contentar a todo el mundo.

Quizá el punto ma´s divertido de Nelke and the Legendary Alchemists: Ateliers of the New World sea lo original y fresco que resulta dentro de la saga. Para el 20 aniversario de la franquicia, los chicos de Gust no han optado por nueva aventura de nueva alquimista, si no por una reunión de estrellas de distintos episodios capitaneados por la protagonista de este título, Nelke, que a diferencia de los demás héroes (también hay algún chico) no tiene habilidad para la alquimia, y depende de otros para crear los materiales necesarios para convertir una pequeña villa destinada a desaparecer en una gran ciudad.

Muy alejado de otros RPGs nipones, muy lejos de la idea de salvar el mundo, este título apuesta por mostrarnos la vida pacífica del pueblo, la divertida rutina de los héroes (que pese a sus incríbles poderes durante las batallas, tienen problemas muy cotidianos) y la evolución de la ciudad gracias a sus aportes en distintas tiendas y establecimientos. Desde luego, es una forma muy original - y cuidada - de celebrar un cumpleaños diferente.

Con Nelke and the Legendary Alchemists: Ateliers of the New World, el equipo creativo de Gust ha optado por centrarse en las opciones de juego y darle profundidad al desarrollo (creando centenares de eventos) en lugar de dar un auténtico salto cualitativo a nivel gráfico, por lo que nos parecerá que seguimos jugando más a un juego de PS3 que a uno de la actual generación. Sin problemas técnicos graves (quizá alguna ralentización puntual en los combates en Switch, que es donde mejor luce la experiencia, en modo portátil) tampoco vamos a encontrar grandes alardes visuales, aunque sí mucho mimo en los diseños, menús y la puesta en escena, que al fin y al cabo es la base de un buen simulador de construcción.

La banda sonora sí está más inspirada, y las composiciones de Daisuke Achiwa y Kazuki Yanagawa - tanto las originales como pequeños homenajes a otros títulos de la franquicia - son una auténtica delicia. Nos llega con opción de voces en japonés, pero desgraciadamente no hay textos en castellano.