Need For Speed Underground para GBA

Después de visitar todas las consolas de sobremesa y PC, a los chicos de Electronic Arts sólo les quedaba estrenar su saga de conducción en la portátil de Nintendo para cubrir todas las plataformas actuales. Y el capítulo elegido ha sido este ?Underground?, cuya principal seña de identidad es la ?clandestinidad? de sus carreras. Si eres todo un crack del volante, ya tienes una misión: preparar tu máquina, buscar a tus rivales entre los amos de la velocidad y correr por dinero en carreras ilegales a través de la ciudad.

Con este juego vamos a disfrutar de uno de los pocos exponentes de carreras ?serias? existentes en portátil. Para todas las versiones de sobremesa, Electronic Arts había apostado por el espectáculo (arropado por unos gráficos asombrosos) y la conducción más profesional frente a un estilo más arcade, y como vamos a ver, la versión de Advance no ha sido la excepción.

Hay mucho por desbloquear, pero si te haces con el control te habrás quedado sin juego antes de darte cuenta.

El reto está servido. 14 coches y 24 circuitos esperan que los explotes al máximo, y vas a tener mucho trabajo, teniendo en cuenta que vamos a partir de un balance inicial de 2 vehículos y una sola pista. Pero sin duda, la estrella en este apartado es la posibilidad de personalizar nuestros coches, siempre que tengamos la cantidad de dinero requerida. Podemos hacer cambios de 2 tipos; primero, los estéticos, que nos permiten moldear el aspecto del coche a nuestro gusto, añadiendo alerones, pegatinas, parabrisas ahumados? la lista es bastante amplia, y los resultados sorprendentemente buenos. Y en segundo lugar, los aspectos técnicos, que adaptarán el coche a tu manera de conducir, desde los neumáticos con mayor agarre hasta los vericuetos del motor, sin olvidarnos de la posibilidad de ?trucarlo? con óxido nitroso. Y si nos cansamos de nuestra máquina, siempre podemos venderla, comprar otro coche y volver al ?tunning?.



Las posibilidades del juego son amplias, y la cantidad de cosas por desbloquear enormes, pero para los maestros del volante esto puede conseguirse en un número de horas realmente limitadas (menos de 4). Eso sí, si encuentras rivales con los que competir vía link cable, la vida del juego se alargará bastante, y agradecerás el número de circuitos incluidos.

Simulación con leves tintes de arcade. Cumple de sobra en calidad, pero no tanto en dificultad.

A la hora de encarar los juegos de velocidad, tenemos que hacer distinciones. Por un lado, tenemos los del tipo ?conduce y lucha?, de los que Mario Kart es un clarísimo exponente. Por otro, ?velocidad frenética?, como F-Zero y sus herederos directos, dónde se ponen a prueba límite nuestros reflejos. Y por último, los auténticos simuladores, en los que nuestra misión principal es conseguir exprimirle la máxima velocidad a nuestro vehículo, mientras apuramos todo lo posible en curvas y realizamos los más peligrosos adelantamientos. Este ?Need for Speed? se encuadra como un perfecto exponente de esta tercera categoría; nuestra meta será conseguir los modelos más rápidos (que como veremos más adelante, son personalizables) y coronarnos reyes de todas las pistas. Pero para que todo no sea simulación pura y dura, se incorpora la posibilidad de usar ?nitros? en nuestros coches (previamente ?trucados), lo que nos proporcionará un acelerón que puede ser decisivo para ser los primeros en cruzar la meta, y al mismo tiempo dota las carreras de un elemento muy estratégico.



Retar a los corredores profesionales del cartucho se convierte en el modo principal de juego, y una vez dominado el sistema de control es muy divertido. Desgraciadamente, dos puntos negros empañan este apartado. El primero, que veremos luego más a fondo, viene influido por el apartado técnico, y es que no vamos a ver con claridad los límites de muchos de los circuitos. Y el que más daña la puntuación es el hecho de que, para los jugones más veteranos, el juego se queda corto en cuanto a dificultad. Superados los primeros circuitos, la inteligencia artificial de nuestros rivales se estanca, y si a eso le sumamos que nuestras coches van siendo cada vez mejores frente a los suyos, la ventaja es demasiado grande. Afortunadamente, existe un modo más de dificultad, y aunque no compensa del todo, el juego lo agradece.

Sin llegar a ser una revolución, incorpora aspectos y modos muy novedosos en una portátil.

Este ?Underground? juega con aspectos que, sin ser realmente novedosos, pocas veces hemos visto en una portátil, como la posibilidad de personalizar los vehículos o un buen número de circuitos? Un punto muy interesante es la inclusión de tráfico paralelo a nuestro recorrido, que aunque técnicamente queda algo pobre (suelen ser furgonetas verdes que se nos cruzan en el recorrido) dota al juego de más realismo e interés y es de agradecer, aunque en algunos momentos pueda resultar frustrante (y hacernos perder la carrera). Por otro lado, Electronic Arts ha incluido 2 nuevos modos de juego que se apartan un poco de la linealidad del género; por un lado, el modo Drag nos exigirá un dominio completo de la caja de cambios, ya que el objetivo es conseguir exprimir el motor cambiando de marcha en el momento justo y llegando el primero en una carrera frenética. Y si te crees un virtuoso, tienes que probar el modo Drift, donde tu habilidad para el derrape encontrará una prueba de fuego.

El motor del juego es sólido y vistoso, pero presenta algunos fallos graves y viene sin traducir.

Dispuesto a impresionarnos, los programadores han diseñado un motor 3D algo tosco pero muy eficiente, y que presenta algunos fallos imperdonables.

Sabemos que las carreras ?clandestinas? se deben desarrollar de noche, y si eso es algo que dotaba de personalidad a las versiones de las consolas de sobremesa, aquí se convierte en toda una pesadilla. Para empezar, en una Advance no retroiluminada, vamos a tener unos problemas de visibilidad muy considerables, pero es que en una SP siguen existiendo en algunos escenarios (obviamente, en menor medida, pero existen). Por otro lado, la generación de las paredes de los escenarios es algunas veces demasiado brusca, y la poca calidad de las texturas provoca que no nos demos cuenta de que vamos de frente hacia una pared hasta que ya es demasiado tarde. Claro que esto se va solucionando conforme vamos memorizando los circuitos, pero para un jugador novato los trastazos son irremediables (y frustrantes).

En su favor hay que decir que la velocidad en las carreras es constante y bastante alta, y que no hay ralentizaciones apreciables, dando al juego un aspecto robusto y fluido.

Otro punto muy a tener en cuenta es la música, que aunque puede resultar machacona a la larga, es bastante espectacular, con tintes raperos y melodías muy pegadizas. Los efectos de sonido, sin embargo, son bastante pobres y con suerte quedan en un segundo plano.

El último punto negro lo pone la falta de traducción del cartucho. Realmente no es que sea un juego donde se haga muy necesaria, pero los menos hábiles con el inglés se van a perder las conversaciones entre los participantes en las carreras, y se les complicará el personalizado del coche (menos mal que hay bastantes dibujos). Resulta incomprensible que se haya traducido a cuatro idiomas y ninguno sea el español.