Sin duda alguna, el punto más débil de
Mount & Blade: Warband es su apartado gráfico, con unos modelados que parecen arrastrar más de 10 años, y una estética de juego de PC trasnochado que tira de espaldas. Incluso la interfaz parece un
copia y pega. Claro, con personajes tan simplones y escenarios tan
básicos es fácil entender por qué el juego se mueve sin problemas a 1080P y 60FPS... Pero claro, el precio a pagar es demasiado alto. Artísticamente tampoco encontramos un despliegue mencionable, y en muchos momentos (especialmente con la cámara cerca) nos quedaremos con la sensación de que estamos ante un juego de hace un par de generaciones...
El apartado sonoro tampoco consigue aportar mucho, con melodías correctas que se limitan a ambientar y FX bastante mejorables. Para rematar el juego nos llega sin traducir, y si no fuera porque su potencial está en otra parte y nos llega a un precio muy ajustado, suspendería.