A nivel gráfico
Monster Hunter: Wilds es un título muy espectacular, con una propuesta muy ambiciosa y una puesta en escena sobresaliente, pero que no está exento de problemas, especialmente de rendimiento. Al haber dejado atrás la anterior generación para dedicarse a las máquinas más potentes del mercado,
Capcom ha conseguido la entrega más bonita de la saga, con criaturas francamente impresionates que parecen realmente
vivas, que interactúan con los entornos, que tienen mil y un comportamientos casi
reales... Sin embargo, esto viene con un coste, y es que ninguna consola (ni PS5 Pro) consiguen superar los 1080P dinámicos a 60 FPS, el resto de configuraciones (resolución y equilibrado) se quedan en 30-40 FPS, e incluso algunas de las tarjetas más potentes del mercado tienen altibajos de rendimiento con el título... que tampoco llega exento de bugs, pudiendo hasta bloquear la partida si nos salimos de la línea de historia principal. Tirón de orejas, porque es un punto que empaña la experiencia, aunque a nosotros no nos haya afectado y
Capcom ya esté trabajando en ello.
A nivel sonoro sí que no hay
peros de ningún tipo, nos encontramos con una banda sonora espectacular, inmersiva y que ambienta a la perfección tanto la exploración como las batallas (pasando por momentos más relajados, como la estancia en la villa); un grandísimo trabajo de
Miwako Chinone que no podemos pasar por alto. Tampoco podemos olvidarnos que
esta es la primera entrega que nos llega con un completo doblaje al castellano, y la verdad es que es nos ha encantado la experiencia, especialmente durante las batallas, hablando con nuestros compañeros
gatunos (que nos dan datos y estrategias) u otros personajes secundarios de alquiler.