Manejar a Samus es un placer, y explorar el planeta Zebes una delicia. No hay ?peros? en este apartado.
El manejo de Samus Aran era una maravilla en el juego original, y lo sigue siendo hoy. Además,
hacerse con el manejo del juego es extremadamente sencillo, ya que en un principio nuestros movimientos están muy limitados (simplemente saltar y disparar), pero
conforme vayamos avanzando iremos descubriendo todo el potencial del traje robótico de nuestra protagonista. Desde la famosa ?bola? (morfoesfera) hasta el salto espacial, sin olvidarnos de un buen montón de armas, como distintos misiles y rayos, todos los movimientos de Samus son muy sencillos e intuitivos de hacer, y el control se adapta perfectamente a todas las situaciones.
Claro que para no convertir nuestra exploración del planeta Zebes en un simple paseo, la fauna (y flora) del planeta se han aliado para hacernos la vida imposible.
Así, la inteligencia artificial de nuestros enemigos no será muy alta, pero su capacidad de dañarnos lo compensará con creces. Nuestro objetivo primordial será la supervivencia, al tiempo que tratamos de completar distintos puzzles para alcanzar nuevas áreas del planeta. Normalmente, al final de cada ?prueba? encontraremos una mejora para el traje que nos permitirá llegar a un sitio que habíamos visto antes, pero nos parecía inaccesible.
Repitiendo esta fórmula, que es francamente adictiva, conseguiremos sacar a Samus con vida de Zebes, completar nuestra misión y?
desvelar algunos secretos del pasado de nuestra protagonista.