Mercenarios: El Arte de la Destrucción - PS2 y  XBox

Mercenarios: El Arte de la Destrucción

Juego para PlayStation2 y Xbox
Análisis crítico de Mercenarios: El Arte de la Destrucción, un juego excelente de Acción en escenario abierto (sand box) de Pandemic Studios. Por José M. Martínez, auténtico experto en videojuegos
Mercenarios: El Arte de la Destrucción
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7.50

Mercenarios: El Arte de la Destrucción-Análisis

por José M. Martínez (@elderlas)
Reseña de Mercenarios: El Arte de la Destrucción publicada el Clasificación global: #1272 Clasificación en PlayStation2: #70 Clasificación en Xbox: #32Estilo de juego: Acción en escenario abierto (sand box) Juego recomendado para mayores de 16 años
  • Introducción
    Nos encontramos en esta ocasión con uno de los títulos más vendidos en las últimas semanas en toda Europa, tanto en su versión para PlayStation 2 como Xbox, esta última a la que hemos tenido acceso en Ultimagame. Se trata del llamado ?único título de la compañía LucasArts para el año 2005 que no está basado en la licencia Star Wars? y que recibe el nombre de Mercenarios: El Arte de la Destrucción, título que bebe de una fuente de sobra conocida por los amantes del género de acción en consola en los últimos años como es GTA que desde la aparición de su tercera parte en PlayStation 2 en 2002 no ha hecho más que ser el mejor escaparate para muchos títulos e incluso géneros, intentando aportar libertad al desarrollo con un guión pre-establecido. Pero, mientras que GTA y sus continuaciones apostaban por la ?complejidad? en la estructura de su desarrollo, dando numerosas ciudades, armas, enemigos o aliados, Mercenarios ha apostado por una mayor simplicidad en todos estos aspectos, convirtiéndose en una visión light del género de acción en tercera persona con libertad de movimientos. Aún así, es capaz de ofrecernos suficientes horas de entretenimiento como para considerarlo una buena opción de compra incluso si no eres fan de los juegos ?tipo GTA?.



    El juego

    Como su propio nombre indica, encarnaremos a un mercenario a seleccionar entre los tres disponibles inicialmente, cada uno de ellos con sus propias habilidades, cuya misión consiste en localizar y neutralizar (vivo o muerto) a 52 objetivos organizados entre 52 cartas de la baraja (muy americano esto) según su dificultad. Para acceder a los palos más altos, deberemos conseguir suficiente nivel de ?inteligencia? (información de los enemigos y aliados) para saber quienes son y pistas de su paradero y esta, a su vez, se consigue realizando misiones a cada uno de los bandos de los que dispone el juego, a saber, Naciones Unidas, China, la Mafia Rusa y la Unión Surcoreana. Dependiendo de las misiones que realicemos y para facción la hagamos, iremos ganando amistad o enemistad con las facciones afines, de modo que una misión de las Naciones Unidas contra China, por ejemplo, nos dará puntos para la primera y restará puntos con la segunda. Aparte de estas 4 facciones o grupos, existe un quinto grupo con el que está enemistado todos los restantes grupos y quien ha causado todo el caos existente en aquella región, que no es otro que la facción Norcoreana dirigida por el General Song, As de Picas de la baraja de 52 cartas y objetivo final del juego.

    Tras esta breve introducción de lo que Mercenarios: El Arte de la Destrucción puede ofrecernos, veamos en profundidad cada uno de los apartados del juego, para ver los pro y contra del título de LucasArts desarrollado por Pandemic.
  • Entretenimiento y duración
    8
    Gran diversión la que atesora este título, sobretodo por la facilidad de manejo de todos sus vehículos y la experiencia de disparo que consigue. Por el contrario, menos libertad de la esperada en un principio en el desarrollo de la aventura en su conjunto.
    Está claro que, tras las numerosas informaciones surgidas en los distintos medios de comunicación, la mayor parte de los usuarios que se harán con una copia de Mercenarios serán los seguidores de títulos como GTA, ya que incluso la forma de vender este producto por parte de Activision ha sido esa. Esa libertad está bastante estructurada por las misiones que debemos acometer, ya que del mazo de 52 cartas con 52 objetivos humanos a conseguir, están divididos en los 4 posibles palos de la baraja, y cada palo con sus trece cartas, se desarrolla en unos escenarios diferentes, sin que podamos pasar de un palo a otro para realizar las otras misiones. Si podremos movernos, siempre que el nivel de inteligencia nos lo permita, entre las distintas misiones de un mismo palo, pero nunca saltar de un palo a otro, con lo que se pierde esa ?libertad? que el juego insinúa.



    Otro punto a tener en cuenta con respecto a esta ?libertad? es que cada una de estas misiones en las que tenemos que conseguir encontrar y capturar a cada una de las cartas de la baraja se basan en ir a un punto concreto inmóvil donde siempre estará esperándonos el malo con su cuadrilla, vayamos cuando vayamos y de la forma en la que lo hagamos, incluso si vamos una vez, acabamos con algunos de los secuaces, volvemos a recuperarnos a cualquier parte y regresamos nuevamente para capturar al esbirro, convirtiendo la libertad en el orden y la forma en la que les damos caza. Con todo esto, hay que considerar a Mercenarios como un título de acción en 3D bastante clásico en el que la mayor parte del tiempo deberemos disparar a los enemigos con las distintas armas que nos vamos encontrando o comprando, con una experiencia de disparo muy satisfactoria para la mayor parte de fans de este tipo de títulos, ya que resulta realmente fácil apuntar y disparar gracias a una especie de auto fijado ?leve? que dispone.

    También, la sensación de conducción de los diferentes vehículos es plenamente satisfactoria y emocionante, ya que cada tipo de vehículo tiene su propia velocidad y estilo de conducción, sin llegar a resultar complicado en ningún caso. Ver como vamos a toda velocidad con un patrullero sungri (jeep del ejercito norcoreano) y nada más tocar un poco el freno realiza un derrapaje colocándonos en posición inversa a la que íbamos en un principio resulta tremendamente divertido, derribar con facilidad helicópteros con el tanque antiaéreo fácilmente o conducir despacio un camión con un misil nuclear a nuestra espalda sabiendo que podemos saltar por los aires en cualquier impacto de bala enemigo son aspectos realmente adictivos que consigue con gran facilidad este juego.
  • Control y opciones de juego
    8
    Desarrollo simplista, misiones variadas de fácil acepción y un gran control para este juego de acción en tercera persona. Como punto flojo a destacar es un inicio un tanto confuso que nos obligará a pararnos más de la cuenta antes de comenzar de verdad a jugar
    Hay varios puntos en este apartado que parece no haberse tenido en cuenta con suficiente detalle como veremos a continuación. Quizás el principal sea el propio inicio del juego, donde te explican absolutamente nada de las cosas que debes hacer o de cuales son tus objetivos. Un juego en el que hay que leerse el manual (el cual, en la mayoría de las ocasiones, no suele ni abrirse) y, aún así, no eres capaz de averiguar lo que tienes que hacer hasta transcurrida la primera hora, es síntoma de que algo no ha sido tenido en cuenta. Nada más empezar el juego, te asignan como mercenario tu primera misión, la cual una vez finalizada sin más problemas, no sabes ni que hacer ni donde acudir ni lo que significa la mayoría de los sucesos que acontecen a tu alrededor, como el porqué ciertos coches te disparan y otros no o donde acudir. Hubiese bastado con informar de que las distintas facciones situadas en la región pueden estar enemistadas las unas con las otras y que existe una que está enemistada con todas excepto con los civiles y que para recibir las distintas misiones del juego, debes acudir a las bases de cada facción y el juego sería asequible desde el principio. En su contra, pasas la primera hora dando vueltas sin parar sobre un coche sin comprender el porqué te están disparando o a qué sitio acudir.



    La solución adoptada ha sido la inclusión de un PDA donde se va resumiendo mediante correos electrónicos y comunicados las misiones realizadas/a realizar pero que también encontramos vacío nada más comenzar el juego, donde también hayamos una carpeta con ?documentos de ayuda? que tampoco explican de manera clara nuestros objetivos. Eso sí, transcurridos los momentos iniciales de confusión y, por que no, las primeras muertes, ya nos hemos aclarado lo suficiente para comenzar a disfrutar del juego.

    Las misiones van incrementando de dificultad de forma gradual y convenientemente, incluso de forma inteligente, lo que quiere decir que si realizas una misión casi perfecta, la siguiente aumentará de dificultad, pero si te cuesta mucho trabajo realizarla o no acabas con todos los enemigos con los que debes acabar, la siguiente será algo más fácil, adecuándose de esta forma al nivel de habilidad del jugador. El control también ayuda a esta dificultad ajustada, con la mayoría de los controles comunes de la mayor parte de títulos que encontramos hoy en día, ya que no encontraremos ninguna dificultad en controlar ninguno de los vehículos que podremos manejar (comprar, sustraer o tomar prestados), incluido helicópteros, camiones, coches, jeeps militares o tanques, todos ellos de distintas facciones y modelos, todos ellos controlados de igual forma.

    Así con todo, Mercenarios destaca por su fácil control de todos los aspectos del juego y simplicidad en las misiones, manejo de personajes y vehículos y, sobretodo, por un desarrollo muy simple, punto este último que si bien podría ser para algunos su punto débil, hace que esta sea la opción ideal para ?matar? muchos ratos y alejarse un poco de la línea marcada por su gran competidor en este campo.
  • Creatividad e innovación
    7
    Pasar desapercibido para evitar conflicto mediante los distintos tipos de vehículos es un elemento que aporta originalidad y variedad al título. La elección de los distintos personajes iniciales es algo que ?condena? el desarrollo del título desde el comienzo.
    Interesantemente en este apartado, hemos encontrado algunos puntos a destacar que lo separan un poco del título de Rockstars Games, tomándolo como referencia en el concepto pero aprovechando la historia militar de por medio. Lo más destacable será sin duda el cómo se hace pasar por los distintos bandos durante el juego para recibir el menor número de daños antes del enfrentamiento final que conlleva cada misión. Si, por ejemplo, debemos realizar una misión en territorio norcoreano y entramos tal cual andando, toda el ejército se nos echará encima a dispararnos al reconocernos inmediatamente como mercenario, así que lo que podemos hacer es conseguir un vehículo de esta zona y entrar en la zona controlándolo para, de esta forma, pasar por uno de ellos y que nos dejen tranquilos. Eso sí, al realizar algún tipo de acción en contra de los norcoreanos, estos descubrirán nuestro ?status? y se abalanzarán hacia nosotros. También encontraremos a soldados de cierto rango que con tan sólo pasar a su lado, descubrirán nuestra naturaleza y actuarán en consecuencia. Si somos aliados o amigos de este bando, nos dejarán tranquilos, al contrario de si no somos bien recibidos o tenemos enemistad con dicha facción.



    Quizás, por no complicar demasiado el título (ya hemos comentado que es mucho más simple que otros similares), se ha optado por hacer a todos los soldados que encontremos con ?memoria de pez?, con lo que si nos han disparado por descubrir que no somos quienes aparentábamos y nos marchamos de la zona unos metros, al volver camuflados, volveremos a pasar desapercibidos, incluso si vamos en el mismo vehículo, con lo que facilita muchísimo la labor, favoreciendo también el lado ?arcade? del título eliminando de esta forma cualquier atisbo de ?infiltración? o estrategia previa que pudiera tener.

    Quizás, un punto conflictivo en el juego sea la utilización que se ha hecho de los distintos personajes que compone la aventura, dejándonos al principio la elección de cada uno de los mercenarios a nuestra elección, algo que si bien no es para nada original, trae consigo una serie de consecuencias con las que tendremos que ?cargar? durante toda la partida. Y es que, nada más comenzar el juego, nos dejarán elegir entre los tres posibles mercenarios, comentándonos por encima las habilidades de cada uno, algo que hay que tener muy en cuenta ya que, si bien en la mayoría de los títulos no sirve absolutamente para nada la historia del personaje, aquí sí tendrá vital importancia. Si escogemos a uno de los personajes sin formación lingüística, cuando algún representante del ejercito coreano nos hable, no le entenderemos, y en los subtítulos aparecerá ?hablando en idioma extranjero?, con lo que no sabremos que misión vamos a realizar, mientras que con otro personaje que sí entienda esa lengua, escucharemos las voces de dicho personaje y entenderemos la misión a realizar. Afortunadamente, no ocurre con muchas de las habilidades de los personajes, lo cual hubiese acarreado escoger siempre al mismo mercenario que tuviese las habilidades más equilibradas. Original, sí, pero sin uso aparente.

    Otro punto original que, esta vez, sí nos ha gustado ha sido el de dividir las misiones principales por cartas, al más puro estilo del ejército americano, con lo que sabremos en cualquier momento cuales son las misiones principales y cuales las secundarias y dejándonos a nuestro albedrío el realizarlas o en que orden hacerlo, eso sí, siempre que tengamos otras misiones que realizar aparte de esa.
  • Gráficos, sonidos, IA
    7
    Un apartado gráfico mucho más trabajado hubiese dotado al título de los puntos que restan para pasar del buen juego sin más a convertirse en un indispensable en la juegoteca de cualquier poseedor de Xbox o PS2. Gran apartado sonoro y musical y el engine Havock que vuelve a hacer de las suyas en la física, aunque con ciertos defectillos que pueden pasar por alto.
    Aunque hemos visto en movimiento las dos versiones del título puestas a la venta en nuestro país, es decir, Xbox y PlayStation 2, es a la primera a la que le hemos dedicado un buen número de horas y a la que le hemos prestado mayor detalle visual y sonoro y es algo que nos ha sorprendido, pero no gratamente, ya que la versión para PlayStation 2 es un calco de la de Xbox, con la diferencia de hardware que existe entre ambas, llevando una lacra a la versión para la máquina de Microsoft considerable. Y es que hacía tiempo que no veíamos un título con tantísima niebla, pocos detalles en pantalla y unas texturas de mediocre calidad como en este título, algo que podría considerarse bastante normal en PS2 por lo limitado del hardware y la dificultad para sacarle partido, pero no para Xbox, después de muchas maravillas técnicas que hemos visto en este hardware.

    Quizás, esto sea explicable debido a lo enorme de sus escenarios, a la cantidad de elementos móviles en pantalla o a la no presencia de carga en el paso de un escenario a otro, algo que se consigue cargando constantemente en memoria y disco duro, pero esto no debe convertirse en una excusa para la pobreza visual que el juego ofrece. Nada más comenzar el juego, lo primero que vemos es una estatua que representa a uno de los ?dirigentes? del territorio coreano, cuya cuadrada cabeza (no lo decimos por la ideología) nos hace presagiar lo que vendrá a continuación. La excusa de la niebla para ?ambientar? a un territorio muy húmedo tampoco debe ser un pretexto para dotar al país coreano con una humedad en el ambiente del 200% y no dejarnos ver más allá de unos pocos metros. Algunas construcciones, personajes y vehículos se salvan de este apartado gráfico que podría haber sido muy mejorado si, en esta ocasión, sí hubiesen tomado como referencia al título de Rockstars, por ejemplo.



    Afortunadamente, no todo es tan gris en el título de Pandemic, con una banda sonora de gran calidad, con 21 cortes compuestos por Michael Giacchino, compositor de las bandas sonoras de la saga Call of Duty, de la serie de televisión Alias o de la película de Pixar Los Increíbles y que ha sido orquestada por la Northwest Sinfonía. También se ha tenido en cuenta el aspecto sonoro, explosiones, disparos y derrapes realmente bien integrados en la acción así como el doblaje de los actores, de gran calidad aunque en perfecto inglés.

    Por último, comentar otro punto que es capaz de ofrecer lo mejor y lo peor en este título, como es la utilización de la física, a cargo del engine Havock, como en otros muchos motores de muchos títulos. Por un lado, explosiones hiper-realistas de coches, helicópteros y cualquier otro vehículo o edificación, reflejados fielmente en el juego o ver como al explotar cada uno los vehículos, salen volando por los aires envueltos en llamas y al caer en el suelo, acabar con todo lo que se encuentra a su paso, provocando incluso reacciones en cadena con otros vehículos o acabando con la vida de las personas que se encuentre. Todo muy realista, si no fuese por que en otros puntos del juego, por ejemplo, un jeep es capaz de subir paredes de casi 90º sin que el coche caiga hacia atrás o el comportamiento cuando menos extraño de misiles haciendo impacto contra búnker sin hacerles el más mínimo rasguño, detalles quizás a los que no se les ha prestado especial atención y que, sin ser especialmente importantes, sí ensombrecen su resultado final. Eso sí, ni por asomo de la misma forma que el apartado gráfico.
  • Conclusión
    Un buen título, pero no un indispensable.
    Por todo lo dicho en los anteriores apartados, se puede deducir que la última obra de Pandemic Studios bajo el sello LucasArts con el nombre Mercenarios: El Arte de la Destrucción es un juego divertido, muy divertido incluso, al que se le puede sacar mucho partido a sus casi 30 horas de juego, y la suficiente libertad de acciones como para no aburrir a ningún amante del género de la acción en consola. Bajo nuestro punto de vista, hubiese ganado bastantes enteros con la inclusión de distintas personalizaciones en los personajes, el poder cambiar entre los tres posibles dependiendo de la misión, así como un apartado técnico mucho más trabajado, el cual sin ser malo del todo, está muy por detrás de las grandes obras de los últimos años, tanto en PlayStation 2 como en Xbox. Más que probable que tengamos que esperar a la próxima generación de consolas para ver una continuación, a la cual se presta sin demasiadas complicaciones, sobretodo viendo el tirón que tiene este tipo de títulos. Quizás sea entonces cuando se le saque el verdadero potencial que un título como este puede llevar en su interior.
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    Datos de Mercenarios: El Arte de la Destrucción
  • Juego conocido como
    Mercenaries: The Art of Destruction
  • Fecha de lanzamiento
    en España el 18 de Febrero de 2005 (para PlayStation2 y Xbox)
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