Mario celebra su primera fiesta en Wii, que en esta ocasión cuenta con 14 invitados de su particular universo, incluyendo por primera vez a un Hermano Martillo y Blooper como personajes jugables.
En este nuevo título del fontanero vamos a tener más dePara ?meternos en la fiesta? sólo necesitaremos un
wiimando por jugador (nada de nunchuks), al que se le han dado los más diversos usos: lo agitaremos para lanzar el dado, señalaremos con un puntero nuestra dirección de movimiento (en caso de que haya opción) y utilizaremos objetos especiales (que añaden dados a nuestras tiradas, fastidian a otros jugadores, nos dan ventajas?). Una vez terminada una ronda ?normal?
comienza la auténtica salsa del título: casi 70 minijuegos, todos adaptados al mando de mando de Wii. Así, podremos pilotar un avión con suaves giros de muñeca, agitarlo para conseguir que salga espuma de una lata de refresco, utilizarlo como remo para nadar, como lazo para coger barriles? Además tendremos el enfoque de puntero para ciertos minijuegos que pondrán a prueba nuestra destreza. De forma general todo funciona de forma sencilla e intuitiva (aunque podría haberse creado una interfaz al estilo
Wario Ware que nos explicase más rápidamente como jugar a algunos juegos)
La historia del juego nos sitúa en un carnaval muy especial donde podremos encontrar 6 tableros distintos, todos ellos llenos de casillas especiales con minijuegos, recompensas o castigos, y las consabidas estrellas como recompensa final. Este parece haber sido el punto más trabajado del juego,
y encontraremos escenarios tan distintos (y originales) como un tren con misterio a bordo, una casa encantada cuyo recorrido cambia a lo largo de la partida o un tablero de monopoli en el que podremos comprar propiedades? Esto, obviamente, multiplica las posibilidades del modo multijugador, aunque el juego sigue cojeando cuando nos faltan amigos ?reales? y es lento y tedioso si jugamos solos.
Buscando también las
partidas rápidas (uno de los fallos más sonoros de la saga, ya que un juego normal puede durar 2 horas) se han añadido
algunos modos que no tiran de tablero y son más una sucesión de minijuegos; incluso tendremos minijuegos sueltos accesibles sólo desde aquí? Con todo, saben a poco.
Además de los tableros, la novedad jugable más importante (y divertida) es la posibilidad de transformar a nuestros personajes con unos caramelos especiales (en bola, murciélago, en ?aspecto 8 bits??). Desgraciadamente estas transformaciones son genéricas, por lo que no hay más diferencias entre los personajes que las meramente estéticas.
Otro de los problemas del título viene al comprobar que
muchos de los minijuegos incorporan el control ?con calzador?, parecen pensados para un control tradicional y dañan un poco la experiencia final? Lo mismo pasa con los
Miis, que parecen haber sido incluidos en el último momento.
A nivel técnico, el juego flojea en el apartado gráfico, presentando un acabado ?normalito? dentro de los estándares de
Gamecube, pero lo más imperdonable es
la falta de soporte panorámico y de opción 60 Hz, siendo el primer juego distribuido por
Nintendo con estos problemas? Y por si fuera poco, en modo panorámico veremos unas feísimas franjas negras a los lados (que en la versión USA eran cortinillas?)
El apartado sonoro es un poco más sólido, con melodías imaginativas y FX competentes; incluso se utilizan los altavoces del micrófono para que nuestros personajes digan frases cómicas (en inglés) o hagan sus guiños más característicos.