Una visita a
Isla Almohada es el punto de partida de
Mario & Luigi: Dream Team Bros., el divertido cuarto episodio de la saga
Mario & Luigi, en el que el cobardica de
Luigi cobra un protagonismo especial. En esta isla, el poder de los sueños es toda una fuerza... Y el hermano del fontanero es un soñador nato, al que le gustaría ser un héroe mucho más valiente.
Aprovechando esta mecánica, el dúo de fontaneros se lanzará al enésimo rescate de la princesa (esta vez secuestrada por
Pesadillo), aprovechando los poderes especiales que le da a
Luigi una cama mágica. La interacción entre el mundo
normal y el de los sueños
es la clave y el punto más original de este RPG, y se aprovecha tanto a nivel de puzles y exploración como en los combates.
- A nivel de investigación, los nuevos poderes de
Luigi nos servirán para cambiar el mundo. Por ejemplo, su bigote puede interactuar con una especie de enredadera, y tirando de él en la pantalla táctil podremos mover dicha enredadera y lanzar a Mario para que llegue a nuevos sitios. Siguiendo esta fórmula vamos a encontrar puzles bastante curiosos (y divertidos).
- A nivel de combate, los sueños de grandeza de
Luigi le permiten multiplicarse y crear nuevas y devastadoras técnicas durante las batallas, como una fila de clones que podremos arrollar para golpear al enemigo con una gigantesca bola, o crear una torre que machaque a los rivales, etc...
El sistema de combate,
una mezcla de turnos y acción en tiempo real (hay que estar pendiente de los ataques rivales, esquivar saltando en el momento justo, darle el botón en el momento adecuado para maximizar el daño) vuelve a ser uno de los aspectos
más divertidos y mejor conseguidos del juego, ya que premia más la habilidad, la intuición y los reflejos que la típica mecánica de niveles, y limitarnos a atacar/defendernos. Además, evoluciona muy bien durante la aventura, y se ve enriquecido con
los combates de personajes gigantes (para los que hay que girar la consola, y que ya vivimos en
Viaje al Centro de Bowser).
De esta forma llegamos de forma natural al
mayor punto débil del título;
es muy, muy parecido a sus hermanos, las novedades que encontramos son las justas y necesarias. No se ha hecho ningún esfuerzo por aprovechar el potencial de 3DS, no encontramos un elemento realmente
diferenciador, y tras 3 entregas la fórmula de juego empieza a dar síntomas de cansancio, pese a lo divertido de la trama y sus opciones.
El apartado técnico del juego cumple con nota, con gráficos 2D muy agradables, un estupendo estilo artístico, algunos efectos tridimensionales curiosos (pero sin alardes) y buenas melodías, aunque el título se queda un paso por detrás de los mejores juegos de 3DS, incluso de
Paper Mario. La traducción sí que es absolutamente sobresaliente, manteniendo ese cuidado sentido del humor que llega a
todos los públicos.
Como conclusión,
Mario y Luigi vuelven a completar su reto con nota, pero nos quedamos con la impresión de que tendrán que trabajar mucho más para volver a sorprendernos en una - previsible - quinta entrega.