La historia de
Malicious arranca con nuestro protagonista - chico o chica, a nuestra elección y sin más diferencias que las estéticas - invocado como única esperanza de un mundo de magia y fantasía hacia el que se dirige una peligrosa fuerza oscura; nos armarán con el
Manto de Ceniza, una capa protectora que también sirve para atacar, aunque su poder se ha visto muy mermado, y para recuperarlo debemos derrotar a 5 jefes. Comienza así una
interesante y original mezcla de géneros que alterna distintos tipos de acción con toques de plataformas y aventura.
Quizá el punto que menos nos ha gustado del título es
cómo nos suelta al comenzar la partida, sin conducirnos ni lo más mínimo; tenemos un personaje que nos explica los movimientos y mecánica de juego según nuestras preguntas, pero no hay
un tutorial ni una fase de adaptación antes de dejarnos libertad... Y claro, eso puede complicarnos bastante la cosa, e incluso
frustrar a los jugadores más impacientes.
Cuando nos hagamos con el personaje tendremos que elegir fase; nos esperan 5 niveles
que tienen un ejército de enemigos normales y un gigantesco jefe a batir. Nuestra misión es ir potenciando a nuestro personaje con los enemigos normales vencidos para luego lanzar ataques potenciados contra los jefes, estudiar sus patrones y derrotarlos (en el menor tiempo posible) para conseguir
5 mejoras imprescindibles para enfrentarnos al enemigo final. Podemos seguir el orden que queramos, y todas las fases son accesibles desde el principio,
aunque ciertos jefes son más vulnerables a armas que nos darán otros, por lo que no es mala idea experimentar con distintas opciones.
Nuestro protagonista,
que aprovecha la energía - Aura - de los enemigos para potenciar sus golpes o curarse comienza con un disparo de
balas de energía (útil para atacar a distancia, pero muy poco potente) y unos puños más contundentes, pero con poco rango. A lo largo de la aventura se hará con dos armas más, unas versátiles espada y una lanza que le permite arrojarse hacia los enemigos, además de mejorar la fuerza de su capa como defensa o su agilidad/capacidad de salto (que nos permite incluso
flotar por determinadas superficies a 90º con el suelo.
La fórmula está muy bien pensada,
aunque hay un graves problemas con la cámara en muchas ocasiones debido al sistema de acción a larga/corta distancia, y a tener que mantener centrados a los colosales jefes finales. Afortunadamente podemos alternar entre
cámara libre/apuntar al jefe, pero en muchas ocasiones vamos a vernos frustrados por tener el enfoque incorrecto y ser golpeados sin saber si quiera por dónde nos ha venido el enemigo. Estar rápido al controlar la cámara es tan importante como ser bueno con los combos, la guardia o los esquives.
El punto más brillante, sin duda,
es el apartado artístico y la puesta en escena, con colosales fases llenas de enemigos y detalles, una
llamativa vuelta sobre el típico cel-shading, los movimientos de nuestra capa (la animación es para quitarse el sombrero) y cómo se han intentado reducir al mínimo los marcadores (nosotros no tenemos
barra de vida, pero veremos cómo nuestro cuerpo desaparece con los impactos... Y podemos elegir si
regenerarnos gastando
o aprovecharla para hacer más letales nuestros golpes).
Terminar la aventura nos llevará unas 3-4 horas de media en nuestra primera partida, y a partir de ahí la vida del juego depende de nuestro interés por rejugar/mejorar nuestros tiempos, y exterminar a los jefes de formas cada vez más rápidas y eficientes; a nuestro entender la relación calidad-precio es muy buena (hablamos de un título a 8 euros), pero si Alvion decide seguir explotando la mecánica en un juego de acción más tradicional nos haría muy felices...