Majin and the Forsaken Kingdom es un título muy difícil de clasificar, porque picotea de muchos géneros - acción, aventura, plataformas, puzles - y parece inspirado en algunos de los más grandes videojuegos de fantasía de los últimos años. La historia arranca como un cuento exquisito vivido en primera persona por un joven ladrón sin nombre (que pronto se bautiza como
Tepeu) con el misterioso don de hablar con los animaleS (que nos darán pistas en todo momento); los pájaros le han susurrado que, para detener a la oscuridad que amenaza el reino,
debe encontrar y liberar al misterioso Majin, una especie de
Monstruo/Demonio que posee las fuerzas de la naturaleza. Sin embargo el ser que encuentra es un gigantesco y bonachón golem fuerte pero muy simplón, y que parece haber perdido todos sus poderes de antaño... Será necesaria la alianza entre ambos para que
Majin recupere sus poderes y destierre la oscuridad.
Como en todo cuento bien hilado
hay momentos mágicos, combates épicos e incluso alguna que otra sorpresa maravillosa, y aunque en líneas generales
la experiencia es muy satisfactoria, y engancha al jugador de principio a fin, arrastra dos fallos importantes:
- El sistema de combate es demasiado simple. Tepeu tiene un
moveset justito, puede sorprender a los enemigos y acabar con ellos con sigilo o liberar algunos combos contra ellos, pero en líneas generales
la mecánica se hace repetitiva; luchamos con el
Majin (controlado por la CPU) limitándonos a entretener a los enemigos o rematarlos mientras él libera su fuerza, y de cuando en cuando utilizamos
sus poderes especiales. Por contra
los combates contra los jefes finales son bastante originales y explotan mejor la interacción entre ambos personajes.
- Una vez terminada la aventura se acabó la diversión. En unas 12 horas (10 si vamos
a saco, e incluso menos si tiramos de guías) habremos completado el periplo de nuestros héroes, y hay muy poco que probar en una segunda partida para justificarla (al menos, a corto-medio plazo). Incluso el explorar no tiene una recompensa a la altura, ya que las únicas mejoras
importantes que podemos pasarnos son vestimentas especiales para
Tepeu que mejoran sus habilidades... Y una vez hayamos terminado la aventura poco sentido tiene volver a buscarlas.
Con el
increíble diseño artístico del juego - sin duda una de sus mejores bazas, tanto que en la producción es fácil obviar momentos mediocres gráficamente disfrutando de la ambientación y los diseños -
no nos cabe en la cabeza que no haya un modo que nos permite disfrutar del arte del juego cómo merece. Y no hablamos ya de una edición coleccionista con libro de arte y banda sonora, al menos un menú donde se vayan desbloqueando
artworks (impactantes las escenas narradas con sombras y siluetas) y temas musicales.
Así, el apartado gráfico tiene
momentos muy brillantes que se combinan con otros mucho más
mediocres (algunos escenarios vacíos, diseños de animales) y algún que otro problema con las cámaras (aunque hay que agradecer la idea de hacer al
Majin transparente cuando luchamos, para que no nos opaque); en líneas generales la experiencia es muy satisfactoria, pero con un poco más de cuidado hubiera sido sobresaliente. Lo que sí que es para quitarse el sombrero es
el apartado sonoro, una selección de bellísimos temas que hará inolvidables algunas situaciones / escenarios / enfrentamientos. Y como broche del mismo
nos encontramos con un estupendo doblaje al castellano que ayuda a darle más relieve al Majin y nuestro héroe.
Como conclusión
nos encontramos ante un título muy recomendable, aunque mucho más para adultos que quieran sentirse como niños que para niños en sí (su dificultad e idea de
mundo abierto pueden ser insalvables para los pequeños). La pregunta que dejamos en el aire es...
¿Por qué Namco-Bandai Europa no ha lanzado el título a precio reducido en nuestro continente, como en USA? ¿Confían más en el
buen gusto de los europeos? ¿O es que hay que recuperar la inversión del doblaje? Sea como sea, arriesgada maniobra...