Lo más importante del juego está sin duda en su historia. En Setsuna tenemos un intento por parte de los guionistas de hacer una historia lacrimógena que se quedaba muy rápidamente en algo simpático con momentos tristes concretos, lo que hacía que se pudiera perder el interés muy rápidamente. Aquí en Lost Sphear,
la historia está mejor llevada y encontramos a más personajes carismáticos (Van es la caña), más situaciones duras y difíciles y otros momentos más tiernos y simpáticos, creando una excelente combinación en todos ellos. El sistema de combate también está mejor llevado y es más dinámico que su predecesor, lo que lo hace más entretenido y con más posibilidades tácticas incluso en los enfrentamientos contra los jefes finales.
A la hora de jugar, cuenta con un desarrollo muy sencillo y sin casi complicaciones, lo que le lleva a ser un juego ideal para aquellos jugadores que quieran jugar su primer JRPG.
Ni el sistema de combate es complejo ni cuenta con demasiados elementos como para que nos cueste demasiado trabajo hacernos con él. Tampoco la evolución de los personajes o cualquier otro elemento jugable, lo que también puede ser algo negativo para los que llevan jugando más tiempo y que no van a encontrar ninguna dificultad en su avance (y, de hecho, les va a costar morir alguna vez). Casi se podría decir que está pensado como juego de portátil (Switch) para avanzar sin demasiados problemas, divertirse con los personajes y la historia, y tener algún que otro enfrentamiento final más complicado. Una vez finalizado, podremos volver a jugar al modo plus (+), que nos complican la vida mucho más con enfrentamientos más complicados y búsquedas de objetos en los mapas habituales, lo que también puede ser un extra si eres de los que les gusta las cosas complicadas.