Análisis LIMBO - Déjate perturbar por una experiencia única en Xbox Live Arcade

Limbo es uno de esos juegos que gusta jugar a casi cualquier jugador. Tiene una bonita presentación con pocos colores, pero que nos mete de lleno en la aventura de este personaje en busca de su amor perdido. Y para ello, deberá sortear toda clase de peligros en un desarrollo plataformero en dos dimensiones, aunque para ello en la mayoría de las ocasiones será mediante ensayo y error, es decir, encontrar una situación que no sabemos cómo se comportará, morir y ya saber qué hay que hacer en la siguiente partida. Todo ello hace que pierda un poquito el interés, pero al menos nos hará disfrutar de esta aventura la primera vez que juguemos, e incluso en una segunda ocasión intentando que no nos vuelva a pasar (aunque dependerá de nuestra memoria).

Algunos de los momentos más originales del juego:

El punto más débil de LIMBO es su duración, 3-4 horas de media (dependiendo de lo que nos lleve solucionar algunos puzles), empeorada por su baja rejugabilidad (más allá de los logros no hay extras que justifiquen una segunda iteración). Sin embargo, que sea un juego descargable (de precio reducido) y lo intensa que resulta la experiencia lo hace muy recomendable

Una interesantísima mecánica a caballo entre las plataformas y el puzle hace LIMBO un título que merece la pena descubrir y experimentar. El control está muy facilitado (un botón de salto y otro de acción), pero abre un pequeño universo de posibilidades ante cada reto, trampa y enemigo. De lo mejorcito de LIVE

Una experiencia única tanto en Xbox Live Arcade como en el mundo del videojuego. LIMBO coge la fórmula de títulos clásicos como Another World o Flashbacks y la retuerce y evoluciona, creando una experiencia tan intensa y jugable como perturbadora

Una impecable puesta en escena en blanco y negro convierte un título simplón a nivel gráfico - pero exquisito artísticamente - en algo espectacular (y perturbador con las muertes); eso sí, la física y animaciones podrían haberse cuidado más. La banda sonora encaja a la perfección con la mecánica de juego, y la falta de voces acentúa la sensación de soledad... Aunque ambos aspectos podrían haber dado más de sí