Con unos diseños limpios y coloristas, Kung Fu Rabbit presenta a unos personajes simpáticos (tanto nuestro héroe como sus enemigos), pero a los que le falta auténtico carisma, haciendo que los - pobres - elementos de historia se diluyan. Hay puntos interesantes (como el diseño de las fases, los trajes desbloqueables o los power-ups, que incluyen una técnica mortal para matar directamente a los enemigos), pero se han exprimido poco, reutilizando demasiado otros elementos.