En los últimos años han proliferado una enorme cantidad de juegos de aventura, exploración, puzles y acción de estilo metroidvania, roguelike o una combinación de ambos, aunque ninguno se ha atrevido a hacerlo en primera persona como sí que lo hicieran Nintendo y Retro Studios en GameCube y Wii con la trilogía Metroid Prime. De hecho, la gran N fue una de las compañías pioneras en este género con el Metroid original (de ahí el nombre al subgénero), por lo que era posiblemente una de las pocas que podía innovar en la fórmula como así consiguió en GameCube en 2002. Casi 18 años después, Typhoon Studios ha cogido esta fórmula y le ha añadido su propio sello personal, impregnándola de un sentido del humor que los originales no contaban y que, dicho sea de paso, ningún otro juego del género se ha atrevido a intentar, y han creado un buen sucesor o como se les llama ahora, una
carta de amor a los originales, añadiéndole sus propias criaturas, universo y demás.
Hemos tenido que esperar 13 años para poder jugar a algo similar a Metroid Prime, y desde luego no es que en Typhoon Studios hayan inventado la rueda ni mucho menos, pero sí que tiene sus elementos originales como los diferentes objetos que tenemos que usar con las criaturas, el comportamiento de estas, cómo creamos plataformas propias para acceder a zonas de otra forma imposible (o atajos), los anuncios al estilo de las pelis de Robocop con muchísimo sentido del humor (y en uno metiéndose de lleno con Electronic Arts sin nombrarlos...). Son muchos los pequeños elementos que hacen que el juego merezca y mucho la pena ser jugado y disfrutado y que le dan un aire muy fresco y nos harán disfrutarlo de principio a fin, aunque no se tarde mucho en terminarlo. Si además añadimos un cooperativo para dos jugadores de historia, lo hacen aún más vivo al poder disfrutar de todo esto con un amigo, explorar juntos, derrotar a los enemigos y disfrutar acompañados de toda la experiencia. Lo mejor de todo es que puede ser la primera parte de algo más grande y con más opciones, y la base de la que han partido es realmente buena.