Insanely Twisted Shadow Planet arranca cuando una fuerza oscura espacial intenta absorber un sol, que acaba destruyendo, y multiplica su poder hasta llegar a un pacífico planeta alienígena, donde nos metemos en la piel de un valiente extraterrestre. Así, metidos dentro de una pequeña nave de exploración (sin poder de ataque, al menos inicialmente) nos lanzaremos a buscar los fragmentos del
Sol destruido, nuestra única arma contra la oscuridad. Poco a poco nuestra
nave comenzará a ganar poder tras entrar en contacto con la luz, y veremos cómo va creciendo nuestro arsenal con un arma de plasma, un útil brazo robótico (que puede mover cosas), misiles...
El sistema de vida también es interesante; los fragmentos de
Sol más pequeños nos sirven de
checkpoints, y nuestra nave es reparada por la luz. Si recibimos varios impactos sin encontrar luz (que puede estar de distintas formas, también como
bolitas) la nave estallará y volveremos al
checkpoint anterior. Como están muy bien repartidos, esto hace que explorar sea todo un gustazo.
Terminar la aventura nos llevará alrededor de las
6 horas (como media, si exploramos a fondo los escenarios en busca de todas las mejoras podemos sumar hasta 3-4 horas más, mientras que yendo contrarreloj podemos terminar el juego en 4 horas sin mucho problema), horas cargadas de sorpresas, puzles muy ingeniosos y,
sobre todo, impactantes combates contra jefes finales, uno de los puntos más fuertes del título (que parece heredado de los matamarcianos clásicos).
Más allá del interesante modo historia - cuya mayor virtud es
cómo consigue sorprendernos cada poco minutos de juego planteando nuevas situaciones, más monstruos surgidos de la oscuridad o alguna nueva habilidad para seguir avanzando - el juego cuenta con
un interesante modo secundario, el modo Linterna. Aquí tenemos que poner a prueba todo lo aprendido en el modo historia para avanzar a lo largo de una especie de
Survival huyendo de una oscuridad que intenta tragarnos, mientras tratamos de salvar unas linternas que son nuestra única esperanza.
Lo mejor es que
este modo se puede disfrutar tanto en partidas locales como jugando online de forma cooperativa, y hasta cuatro
naves podrán ayudarse para superar los distintos peligros que nos esperan.
Por supuesto, el original planteamiento del juego - más por su mecánica de juego que por su interesante estética / puesta en escena artística (a cargo del reputado
Michel Gagne), que ya hemos visto explotada en juegos como
Patapon o
Limbo - es otro de sus puntos fuertes. La idea de mezclar elementos de matamarcianos con puzles, exploración y momentos de
shoot'em up (en los combates contra los jefes) es, sin duda alguna, de lo mejorcito del juego.
El punto más débil de la propuesta quizá sea el apartado técnico, que en muchas ocasiones es simplón (sobre todo, en escenarios) y excesivamente minimalista, aunque sin llegar al virtuosismo artístico del ya mencionado
Limbo. Aquí hay más variedad de escenarios y elementos intereantes como
física (el brazo puede interactuar con muchos elementos de forma bastante realista, hay derrumbamientos con los misiles, balanzas que se inclinan con el peso...), el haz de luz láser que rebota, cómo reaccionan algunos enemigos... Eso, unido a que hablamos de un juego descargable - eso sí, de 1200 Microsoft Points - hace más sencillo ser permisivo, pero uno se queda con la sensación de que la fórmula podría haber dado más de sí. La banda sonora ambienta a la perfección (aunque sin alardes), y el juego nos llega traducido al castellano.