El sistema de control no es nada complejo. Hablamos de que si jugamos con un mando (aconsejable en PC, lo normal en PS4), tan solo deberemos usar el analógico para mover al personaje o movernos entre las opciones y un par de botones, uno para atacar y otro para hacer los efectos especiales en la lucha. Quizás de aquí le puedan venir los mayores problemas.
El intento por parte de Square Enix de hacer un juego clásico de bajo coste nos lleva a un desarrollo que puede llegar a hacerse monótono, y un sistema de combate que sin estar nada mal llega a aburrir cuando tenemos que enfrentarnos a enemigos muy débiles, por lo que lo único que tendremos que hacer una y otra vez es pulsar el botón de ataque. Lo mismo ocurre cuando estamos explorando el mapa, que no podremos hacer nada salvo ir de una ubicación a otra, estando el mapa en su mayor parte vacío. Esto nos lleva a tener que ir avanzando sin hacer demasiado, hablar con todos los personajes NPC que encontremos y luchar en las zonas de lucha.
Afortunadamente, I am Setsuna cuenta con algunos sistemas que pueden hacer incluso la experiencia compleja (aunque una vez que averiguamos cómo utilizarlos, son también muy simples). Los talismanes, la spritnita, o los momentum son acciones curiosas que una vez aprendidas le dan un toque "gracioso" al desarrollo e incluso puede resultar complejo para los que no hayan jugado demasiado a esta clase de juegos. Ya no digamos si no sabemos inglés, puesto que todas las explicaciones están en el idioma de Shakespeare, y eso complicará mucho más a la mayoría de los jugadores en España.