Análisis Hitman 3 - El canto del cisne del Agente 47

Terminar Hitman 3 nos puede llevar unas 7-8 horas en la primera partida, centrándonos en los objetivos básicos de cada misión, y sin ahondar demasiado en los 6 niveles de juego; cada uno puede terminarse en poco más de una hora, incluso menos si vamos a saco. Afortunadamente hay mucho más que hacer más allá de la misión principal, y si ahondamos un poco en las misiones secundarias, especialmente aprovechando la novedad que aporta el tener distintos caminos alternativos y decenas de formas de matar, esa duración se duplica fácilmente. Y si queremos exprimir al fondo el título y completar todos los desafíos que nos lance, podemos superar fácilmente las 25 horas.

Al rescate de la rejugabilidad acude una de las grandes novedades del título, la opción de dejar atajos y caminos abiertos en partidas anteriores; esto parece algo poco importante sobre el papel, pero para los fans, y especialmente para los que disfrutan con los speedruns es una enorme revolución, y suma muchos enteros a la fórmula.

A nivel jugable Hitman 3 apuesta por aunar los mejores elementos de la saga e incorporar situaciones de lo más variopintas a la acción, consiguiendo la entrega más redonda, variada y divertida hasta la fecha. Gran parte de este mérito lo tiene haber pulido la fórmula jugable, pero también el haber sido valientes y arriesgar con los objetivos, dándonos distintos retos y misiones que a veces más allá de los asesinatos.

Hay que destacar el uso de la cámara inteligente - nuestro nuevo gadget - para solucionar puzles o investigar, lo que aporta un soplo de aire fresco a la fórmula. Otra opción que da mucho juego son los atajos permanentes que podremos abrir en los escenarios, y ambos unidos a los típicos elementos de la saga (centenares de imaginativas formas de matar) crean una mezcla explosiva.

Juzgar Hitman 3 por su capacidad de innovar y sorprender no es del todo justo, ya que hablamos de un juego concebido como broche de oro de una trilogía, y como tal es un poco continuista en sus mecánicas, historia y elementos jugables. Aún así, si nos obligáis tenemos que destacar el buen hacer y maravillosa creatividad del equipo para crear algo nuevo, diferente e innovador en cada una de las 6 nuevas localizaciones del juego.

Es difícil valorarlo sin entrar en spoilers (y creednos, no os gustarían), pero cada nivel es un desafío realmente único, una vuelta de tuerca sobre la fórmula que conocemos. Eso, y elementos como hacer a los personajes secundarios mucho más interesantes (y darles auténtica vida) son partes brillantes de esta tercera entrega.

A nivel gráfico, Hitman 3 es el cénit de la saga, explotando al máximo el motor gráfico Glacier y consiguiendo momentos impresionantes en cada uno de los 6 niveles. Desde el sol en los rascacielos de Dubai a las luces de neón de las calles de Ghongging pasando por los bucólicos paisajes de la campiña inglesa, el resultado es espectacular, y el equipo artístico ha sabido ponerlo a servicio del jugador, y sorprenderlo en cada nivel (como en la Rave en la que podremos pinchar, con más de un centenar de personas delante...). El resultado es impresionante, un broche de oro para la saga, y es todavía más increíble que pueda disfrutarse en VR. Eso sí, siendo justos hay que reconocer también que el juego no llega a los 4K en PS5 (se queda a 1800, eso sí, con 60FPS sólidos como una roca), y en Xbox Series X tiene algún tirón puntual (por ejemplo, cuando hacemos de francotirador).

La banda sonora es sobresaliente, con una amplia variedad de temas que encajan perfectamente con cada nivel, misión y situación, y el uso del sonido es impresionante. El doblaje en inglés también está a gran altura (aunque nos hubiera gustado escuchar a 47 hablando español), y los textos en castellano ayudan a meterse de lleno en este fascinante mundo de asesinatos.