Análisis Hell Yeah! Wrath of the Dead Rabbit - PS3 y Xbox 360

Aunque hablamos de una aventura que puede terminarse en un par de tardes (rondando las 8-10 horas, dependiendo de nuestra habilidad y ganas de explorar), la decisión de haberlo lanzado como un juego descargable que ronda los 12 euros ha sido todo un acierto, y hace más sencillo perdonarle al título su baja rejugabilidad tras terminar la aventura principal. Es cierto que se premia el re-explorar los primeros niveles con nuevos items para personalizar a nuestro héroe, pero el juego podría haber incluido más retos y desafíos, y en especial algún tipo de soporte online o modo multijugador. Aún así es una experiencia muy divertida y considerablemente larga dentro de su género.

Como si de un arcade clásico de SEGA se tratase, HY: Wrath of the Dead Rabbit aúna una jugabilidad sencilla que se va desarrollando a lo largo de la aventura; lo que comienza como una especie de plataformas acaba convirtiéndose en un juego de acción en toda regla cuando nuestro protagonista se va haciendo con un potente arsenal de armas de fuego (desde misiles a ametralladoras), cada uno con sus puntos fuertes y flojos. Es cierto que hay algunos elementos por pulir - por ejemplo, el daño que recibimos está algo descompensado, o que cueste distinguir elementos que nos dañan de otros que no -, pero en líneas generales la fórmula funciona muy bien.

Sin duda el punto más fuerte de este Hell Yeah es lo original que resulta la experiencia; el príncipe del infierno, un conejo-demonio, eliminando a 100 monstruos (cada uno más original que el anterior) que lo han visto bañándose y le han perdido el respeto. La variedad de retos, las descacharrantes armas y un peculiar sentido del humor - muy negro - son sus señas de identidad. Las 100 ejecuciones especiales para los enemigos también son un plus que nos dibujará una sonrisa en la cara.

El punto dónde más patina Hell Yeah: Wrath of the Dead Rabbit es en su apartado gráfico; tenemos unas 2D bastante elaboradas para dar vida a los submundos del infierno, pero la animación de los personajes (y determinados aspectos de los escenarios) no están a la altura, y en ocasiones nos parecerá estar jugando a un juego flash con una detección de impactos un poco pobre. Afortunadmente el buen trabajo de los grafistas y la posibilidad de personalizar a nuestro héroe disimulan bastante el problema. La banda sonora ambienta a la perfección, y el juego nos llega con textos en castellano. Hay un pero adicional para los usuarios de PS3 con discos duros grandes/antiguos, y es que pueden sufrir de tirones y ralentizaciones, aunque se supone que ya hay un parque en camino...