Llegó la fecha elegida por Microsoft para el lanzamiento de su título más emblemático hasta el momento, y que si echamos un vistazo a las listas de ventas actuales ha sido todo un éxito. La nueva apuesta de los chicos de
Bungie tenía una pretensión muy clara dicha por ellos mismos, como era la de conseguir igualar y mejorar la experiencia de juego de la segunda parte de esta saga y cumplir todas las esperanzas que los aficionados habían depositado en él, y por supuesto que lo han conseguido. Eso sí, esto ha tenido un coste con el que parece que no han podido luchar y que les ha venido impuesto desde las esferas superiores.
Antes de nada, pasamos a definir el título. Halo 3 es un FPS o shooter en primera persona de acción directa, es decir, acabar con todo lo que se ponga por delante. Para aquellos que hayan jugado a alguna entrega anterior de la saga, decirles que el juego cumple las mismas pautas que estas en cuanto al estilo de juego, estructura, misiones y ambientación. Para los que no, decir que estamos ante un juego en el que controlamos a un personaje llamado Jefe Maestro cuyo cometido es salvar la tierra de una invasión alienígena y para lo cual será ayudado en ocasiones por algunos soldados marines que combatirán a nuestro lado de forma automática hasta que caigan en combate, por lo que no estaremos solos en nuestra labor. Además, en algunas de estas nos acompañará otro personaje que resultará vital en la historia, y que no morirá a pesar de recibir toda clase de disparos (muere, pero se resucita solo a los pocos segundos). El juego está compuesto de nueve niveles divididos en diferentes episodios con una estructura de juego muy similar entre si y sin tener que realizar ningún tipo de acción que no sea la de acabar con todo lo que se ponga por delante para seguir avanzando, de forma que podemos definir a este
Halo 3 como un título de acción pura y dura sin ningún tipo de complicación que nos distraiga de ello.
Tanto el sistema de control como opciones del personaje no se salen de lo ya establecido en el género en esta consola, por lo que no nos costará nada de trabajo hacernos con ellos. Contamos con el clásico sistema de movimientos del personaje y las vistas con los dos analógicos del mando, el disparo con el gatillo derecho y las granadas con el izquierdo siempre que no tengamos el ?
dual wielding? o armas a dos manos introducido en Halo 2. En los botones, usaremos el azul para activar objetos, el verde para saltar y el rojo para los ataques cuerpo a cuerpo, muy útiles contra casi todos los enemigos que nos encontremos. El personaje podrá llevar dos armas que podremos intercambiar entre si con el botón amarillo y recoger otras que nos encontremos en el suelo una de las dos con el botón de hombro derecho. Como veis los que jugasteis a Halo 2,
el sistema de control del personaje es exactamente idéntico que el de su secuela sin haber variado ni un ápice, lo que resulta bastante bueno pero denota una falta por intentar introducir elementos originales o alguna clase de innovación que le haga destacar en este aspecto.
Aparte del modo para un jugador, uno de los puntos más interesantes de esta tercera entrega al igual que ocurría con la segunda, es el multijugador que nos permitirá competir en gran cantidad de modos distintos tanto en dos equipos de varios jugadores como de forma individual contra todos e incluso en pequeños grupos de dos jugadores (por ejemplo, dos grupos de dos jugadores enfrentados o cuatro grupos diferentes de dos jugadores cada uno y así). También contamos con la posibilidad de jugar en forma cooperativa hasta cuatro participantes en el juego que resulta ser todo un acierto al igual que en cualquier otro título de este género.