Análisis Guilty Gear: Strive - Renovarse y vivir para siempre

Si bien Guilty Gear: Strive es un gran juego de lucha, hay algunos puntos en los que cojea, empezando por su modo historia; a diferencia de otros referentes del género - como SoulCalibur, los nuevos Mortal Kombat, la saga Naruto Storm, Dragon Ball FighterZ, también de Arc System Works... - aunque hay un modo historia, no es nada interactivo, es decir, no se intercalan combates en la trama. Así, solo podremos hacer de espectadores disfrutando de este nuevo episodio, la presentación de los nuevos personajes y lo épico de la trama, todo recreado con el motor gráfico del juego y algunas secuencias animadas francamente impactantes, pero como decimos, en las que no tenemos ningún control.

Así, su mayor debilidad es el modo un jugador, un tanto compensado por el modo misiones (que hace de tutorial interactivo) y los típicos práctica, arcade (con combates con relevancia para cada personaje) y survival. Por contra, contamos con un sólido soporte multijugador online (además del clásico e inevitable versus), con gran profundidad para buscar combates equilibrados - gracias a un sistema de plantas que nos empareja con jugadores de nuestro nivel - y un motor de búsquedas y juego en línea que funciona con una fluidez envidiable, siendo muy difícil distinguirlo del versus local.

A nivel jugable, Guilty Gear: Strive es un grandísimo juego de lucha estilo 2D en el que se premia al jugador táctico y estratégico, que además se abre perfectamente tanto a recién llegados a la franquicia como a veteranos que quieran varias capas de profundidad en las batallas. Arc System Works ha aprendido mucho de sus últimos trabajos - especialmente, de DB FighterZ - y ha equilibrado muy bien un titulazo de combate en el que cada personaje es único y tiene muy bien marcadas sus fortalezas (y debilidades), por lo que debemos saber adaptarnos con cada uno de ellos, de lo contrario...

Con un gran uso de los tutoriales y un completo modo misiones para aprender a sacarle jugo al flexible sistema de combate, Strive es un regalito para los fans de la lucha. Sí, es cierto que el daño que sufrimos en los combos sigue siendo muy alto - hablamos de un sistema profundo y versátil, pero que castiga con dureza nuestros fallos -, pero en los niveles más altos de dificultad y, sobre todo, en el versus descubriremos cómo compensarlo, cómo dominar las guardias, contra-ataques y golpes especiales para ser (casi) imbatibles.

Con 23 años a sus espaldas, la saga Guilty Gear puede presumir de grandísimos valores de producción, personajes que ya son leyendas del videojuego y una historia digna de un gran anime; por eso, tener el valor de relanzarlo todo en un nuevo episodio y hacerlo realmente bien - abriendo este universo a nuevos jugadores, pero sin que los fans que hemos acompañado a la franquicia durante más de dos décadas - es realmente brillante. Por supuesto, hay que destacar el gran trabajo de Daisuke Ishiwatari rediseñando, re-equilibrando y relanzando a los héroes que ya conocemos - junto a dos nuevos personajes que son francamente estupendos, Nagoriyuki y Giovanna, ambos se han ganado su lugar en el plantel y compensan la ausencia de personajes como Johnny o Baiken, que probablemente llegarán más tarde como DLC - y creando un nuevo episodio que va mucho más allá de una expansión o secuela.

Las novedades más importantes ya las comentamos en nuestras impresiones del juego, un estilo de lucha más agresivo y orientado a premiar al jugador que ataca, la aparición de la Rotura de Muros para castigar la mala defensa (el Roman Cancel y el Psycho Burst están en el lado opuesto, la buena defensa ideal para soberbios contra-ataques) y una trama completamente nueva que se desarrolla perfectamente con las historias individuales de todos los luchadores, que vuelven a ser únicos y perfectamente distinguibles entre sí.

A nivel visual, Guilty Gear: Strive es toda una evolución técnica de lo que habíamos visto en episodios anteriores, aprovechando mucho mejor la potencia de PS4/PS5 y consiguiendo un impresionante equilibrio entre velocidad, fluidez y espectáculo; si en el capítulo anterior - XRD - se buscaba el cel-shading para emular el acabado 2D con las 3D, aquí no se esconde ese desarrollo 3D, y se intenta potenciar en ataques y golpes especiales, incluyendo los cambios de zona en escenarios, buscando siempre asombrar al jugador, pero sin perjudicar el gameplay. Hay que destacar también la evolución artística en todos los personajes, rediseñados con estupendos resultados, y los espectaculares - aunque limitados, solo 10 - escenarios de combate. Y todo sin problemas técnicos de ningún tipo.

La banda sonora es, simplemente, sobresaliente. Guilty Gear siempre ha sido un homenaje al rock y el heavy metal, desde su concepción de personajes a su estética y temas, y aquí se vuelve a repetir con gran acierto. La selección - e intensidad - de los temas es brillante, una prueba más del talento de Daisuke Ishiwatari. Las voces, muy bien llevadas, y los textos en perfecto castellano para no perdernos nada.