Un genial modo cooperativo y una dificultad muy ajustada. Su curva de aprendizaje es elevada con un complicado control. Su desarrollo lineal se rompe a veces por una elección de caminos que nos lleva a ver distintas zonas, aunque el sistema de juego sea algo repetitivo. Afortunadamente, la IA está muy lograda y está a gran altura. Los modos multijugador son divertidos y de acción rápida, aunque tenga pocas modalidades.
El género de juego se traduce como un título de acción y disparos en tercera persona, lo que significa que nuestro personaje, Marcus Fénix, llevará varias armas y deberá disparar y matar a todo lo que se mueva en pantalla. Lo primero a destacar en este apartado es el sistema de control del personaje, el cual se hace complejo las primeras horas por culpa de añadir demasiadas opciones a su manejo. Controlamos a Marcus con el stick izquierdo, la cámara con el derecho, apuntar con el gatillo izquierdo y disparar con el derecho (sin mirar si estamos cubiertos), igual que otros juegos del género. Sin embargo, donde por ejemplo vemos un exceso es en
el botón verde (A), el cual utiliza demasiadas funciones dependiendo de la situación del personaje y que en ocasiones puede llevar a confusión al jugador. Podremos hacer una voltereta (una pulsación), correr (dejarlo pulsado), cubrirse (si estamos cerca de alguna zona donde poder hacerlo), descubrirse (si estamos cubiertos y no pulsamos ninguna dirección) o saltar por encima de los obstáculos (siempre que estemos cubiertos en ellos y pulsemos una dirección).
Para poder controlarlo,
necesitamos varias partidas hasta poder hacerlo de forma automática, algo que a buen seguro echará atrás a los jugadores menos avezados que pensarán que están ante un juego muy difícil. Todo esto se contrapone al escaso uso del resto de botones, con un único movimiento por cada uno de ellos, incluso con un movimiento que se realiza de forma automática como es la recarga del arma, algo totalmente inexplicable. Igual resulta también el poder dar órdenes al resto de miembros del pelotón, algo que no sirve para nada porque siempre actuarán libremente haciendo de forma automática antes incluso de que se lo ordenemos, por lo que resulta absolutamente innecesario un botón para tal fin.
Una vez en juego, su evolución será siempre la misma, esto es, llegar a una zona infestada por enemigos con obstáculos donde ambos grupos se cubrirán y donde ocurrirá el intercambio de disparos por ambas partes hasta que conseguimos limpiar la zona y pasar a la siguiente, ocurriendo otra nueva reyerta. Los que busquen un título con acción inmediata, encontrarán su juego ideal en GoW, aunque más acciones por realizar e imaginación le hubiese reportado un mayor interés. A pesar de ello,
avanzar no se hace monótono ni aburrido gracias al comportamiento e IA de los enemigos los cuales actuarán siempre de forma distinta y ?muy inteligente? (se cubren entre ellos, se hacen cobertura cuando uno recarga, intentan flanquearnos?), planteándonos siempre distintos comportamientos a los que enfrentarnos. Además, existen diferentes tipos de enemigos a cual más difícil con los que deberemos aprender a luchar y qué estrategia seguir, unido por supuesto a las diferentes entornos en las que los encontraremos.
En su desarrollo, nos encontraremos con unas fases totalmente lineales que a veces se rompen por tener la oportunidad de elegir qué camino tomar de entre dos posibles opciones. Esto da lugar a pensar que
este juego ha sido diseñado con la idea de juego cooperativo con otro jugador desde el principio, opción que tenemos tanto en la misma consola como por Internet y que hace que se convierta en una experiencia digna de ser probada. En los cruces mencionados, cada jugador del modo cooperativo irá por un lado de forma obligatoria, lo que añade otro punto positivo a su rejugabilidad al querer jugar nuevamente para tirar por el camino distinto, tanto en cooperativo como solos.
Además del cooperativo, el juego cuenta con tres modos multijugador para jugar a pantalla partida, con interconexión o vía Xbox Live, cuyo funcionamiento son tremendamente parecidos entre si y cuya duración suele ser mínima en cada partida, ya que a diferencia de la inmensa mayoría de modos multijugador, no existe el ?respawn? o el poder continuar jugando con nuestro personaje, lo que hace que en el momento que todo el equipo rival muera, termine el asalto. Esto asegura partidas muy rápidas y dinámicas además de tremendamente adictivas, aunque no exentas de problemas ya que al morir tendremos que esperar a que la partida acabe con la única opción de ver al resto de jugadores en cámaras fijas repartidas por el escenario o las propias de cada jugador de nuestro equipo, algo que en ocasiones se puede convertir en pesado si se alarga la partida en exceso, situación que afortunadamente sólo ocurre en contadas ocasiones.
Por todo lo dicho, puede parecer que estamos ante un juego difícil, aunque está muy bien ajustada su dificultad en sus tres niveles (incluido el último, Locura, donde los disparos enemigos harán mayor daño). El ?problema? viene dado por su curva de aprendizaje, que es demasiado elevada para los no aficionados a este género, los cuales pensarán que están ante un juego complicado. Esto y la excesiva linealidad de su desarrollo hacen el título sólo apto para aficionados a este género y, en menor medida, a los fans de cualquier otro tipo de juego de acción, descartando así a los menos hábiles.