Cuando se tiene un padrino como
Eric Chahi (creador de Another World) a cargo del proyecto, hay que estar preparado para que todos los ojos estén puestos en tu juego; si además hablamos de un título tan original y con una propuesta tan imaginativa como
From Dust, la atención y expectativas se multiplica... Y eso puede pasarle factura al juego. Afortunadamente este no es el caso, y nos encontramos ante un título de estrategia redondo que ha cumplido todas sus promesas.
From Dust parte como
Populus de la idea de convertir al jugador en una especie de
dios, en este caso con el poder de manipular los elementos (agua, tierra, fuego) cogiéndolos y transportándolos. Podemos hacer crecer islas (que se irán llenando de vegetación), secar zonas o utilizar el magma para quemar cosas. La idea es francamente sencilla, pero la propuesta y el desarrollo son muy interesantes.
En el modo historia, nuestra misión será proteger a distintas tribus (que nos rinden adoración, y que irán teniendo miembros cada vez más útiles, como un
Shamán que nos avise de catástrofres venideras) pero sin poder interactuar directamente con ellos, que tienen su propia IA (en general muy bien llevada, aunque a veces nos darán algún disgusto tonto). Comenzaremos la aventura moviendo la arena para crear nuevos caminos y permitir avanzar a las tribus, pero luego comenzaremos a experimentar con fuerzas más peligrosas, como el agua... O la lava.
Uno de los grandes logros de From Dust es que no deja que la acción decaiga, y en cuánto dominamos un determinado elemento nos sorprende incluyendo algún giro nuevo, como
poderes especiales que conseguiremos llevando a nuestros fieles a estatuas esparcidas por la isla. También hay usos realmente ingeniosos de los elementos y una flora que no deja de crecer en cuanto tiene la oportunidad,
poblándose incluso con extraños animales. ¿Qué pasará si, cuando tengamos un manto verde, le acercamos el poder del fuego?
Cuando terminemos el modo historia
todavía nos quedan muchas horas de juego, enfrentándonos al Modo Desafío, 30 pruebas pensadas especialmente para poner a prueba nuestro ingenio, reflejos y capacidad de gestión de los elementos, y donde tendremos que poner en juego todos los trucos que hayamos aprendido en el modo principal.
El modo desafío se
ve potenciado por las posibilidades que ofertan los rankings online, donde no podremos quedarnos quietos; quizá nos parezca que hemos descubierto una forma muy rápida de solucionar un nivel... Y al mirarlos descubramos que puede hacerse todavía mucho más eficiente. Aunque hubieramos preferido algún tipo de multijugador (cooperativo o competitivo) se agradece esta idea, que encaja muy bien con el planteamiento del título.
Para dar vida al mundo de
From Dust, el estudio se ha basado en distintas tribus aborígenes, a las que han dado un toque fantástico... Y el resultado es realmente espectacular. Este original diseño artístico - ojo a los artworks del título, o a detalles como las mascaras tribales y los extraños bailes de nuestros seguidores -, unido a la interesante mecánica de juego del título es
sin duda alguna su punto más fuerte.
Es cierto que, en un primer vistazo, el apartado gráfico de
From Dust no va a resultar impactante, pero cuando empezamos a
jugar con los elementos y vemos cómo el mundo responde a nuestro poder comenzaremos a ver el auténtico potencial del juego... Y cuando estallen desastres naturales como un gigantesco
tsunami o una erupción volcánica el juego mostrará sus cartas. Además de la genial y realista física y
la interacción de elementos entre sí - arena y agua, agua y lava, lava y vegetación hay que reconocer los esfuerzos del equipo creativo para
soprendernos cada pocos minutos de juego.
La banda sonora no se queda atrás, y nos encontramos unas músicas rítmicas que realmente ambientan a la perfección, tranquilas en las fases de gestión y frenéticas cuando nos enfrentamos a las catástrofes naturales; las composiciones invitan a seguir jugando, haciendo la experiencia todavía más divertida.
El juego nos llega traducido al castellano (textos, voces en un extraño idioma ficticio que ayuda a ambientar la experiencia) y a un precio de
1200 Microsoft Points, haciendo la experiencia tan accesible como recomendable. Si no tienes Xbox 360 y tienes un PC (o tienes mucha paciencia) quizá te interese esperar algunas semanas y disfrutar del juego con un ratón, lo que lo puede hacer todavía más irresistible...