Fire Emblem Warriors: Three Hopes sigue la estela de otras adaptaciones Musou como Persona o Hyrule Warriors, enriqueciendo la fórmula clásica con nuevas ideas y elementos. Aquí la protagonista es la estrategia, y no podemos obviar la importancia del mapa, del triángulo de armas, de aprovechar las debilidades de los enemigos (y tener mucho cuidado con las nuestras...). De esta forma, la mecánica resulta más divertida y dinámica, y tener que estar prendiente de cómo evoluciona la batalla - más allá de los enemigos que nos vamos encontrando -, con multitud de desafíos y misiones secundarias, es todo un acierto.
A nivel argumental nos encontramos todo un
regalito para los fans de
Three Houses, una nueva visión sobre las batallas del mundo de
Fódlan; en esta ocasión viviremos la trama desde el punto de vista de un nuevo personaje, un mercenario (o mercenaria) que jugará un papel muy importante en historia, y tendrá que vérselas con
Byleth, que en esta ocasión no se ha convertido en mentor(a) de los valientes jóvenes de las
Tres Casas. La posibilidad de ver el conflicto desde un prisma completamente diferente permite ahondar más - y mejor - en muchos de los protagonistas del título táctico, incluso de darle más luz e importancia a algunos de los más olvidados. Sin duda, un gran aliciente.