Antes de empezar tenemos que aclarar que
Fire Emblem - Shadow Dragon (en japonés
Shadow Dragons and the Blade of Light, Los Dragones Sombríos y la Hoja de la Luz) es un remake del primer título de la famosa saga de RPGs Tácticos (
Fire Emblem: Ankoku Ryu to Hikari no Tsurugi para NES), que Nintendo e Intelligent System se han encargado de revitalizar en DS, tanto a nivel técnico como jugable. A los fans de
Nintendo es muy probable que les suene el protagonista de esta entrega,
Marth, ya que ha paseado su espada por las tres entregas de
Smash Bros.; para ellos esta aventura es ideal para descubrir el origen del personaje.
Nos metemos en faena, y tras una preciosa introducción
las primeras horas de juego transcurren sin demasiadas sorpresas para los veteranos de la saga. Eso sí,
aquí es donde empezamos a notar cómo se ha remasterizado el título original - más allá del apartado gráfico, del que hablaremos un poco más abajo -. Como base del juego se nos presenta el
triángulo de las armas (una especie de piedra-papel-tijera constante en los últimos episodios de la saga: espada gana a hacha, hacha a lanza y lanza gana a espada) que determina el daño de nuestros ataques y las posibilidades de victoria de una unidad sobre otra. Por supuesto, esta estrategia se enriquece con el uso de otras unidades (como magos o arqueros, que además pueden atacar a distancia) y armas especiales, como hachas anti-espada.
Con una historia muy bien dirigida (en la que no faltan las sorpresas) y personajes sólidamente construidos, los primeros capítulos van transcurriendo sin demasiado problema...
hasta que llegamos a un punto en el que tenemos que sacrificar a uno de nuestros hombres para salvar a Marth. Aquí es donde empezamos a entender el espíritu de
Fire Emblem, un concepto de fantasía más adulto y menos
colorido que otras franquicias de
Nintendo.
Poco a poco la dificultad (elegible en un principio) va también poniendo a prueba nuestra habilidad táctica,
sobre todo si queremos jugar sin perder hombres.
A diferencia de otros títulos de estrategia por turnos, en este
Shadow Dragon no podemos crear unidades ni resucitar a las caídas, por lo que si un personaje cae en batalla no podremos volver a manejarlo, y tendremos que elegir si queremos reiniciar la partida o olvidarnos de él (en el caso de
Marth u otro personaje clave no tendremos elección, la partida acaba). Afortunadamente el juego
cuenta con casi 60 personajes reclutables que se unirán a nosotros directamente, o si hablamos con ellos en un mapa de juego con el personaje adecuado (y ojo, a veces se presentarán inicialmente como enemigos). De esta forma, perder a un mago no supone demasiado problema, ya que a las pocas misiones deberíamos recibir un sustituto...
A nivel gráfico, nuestras primeras impresiones son templadas. Si bien hay que destacar el buen hacer de diseñadores y grafistas a la hora de remasterizar a todos los personajes (aunque no entendemos por que no se han utilizado directamente los diseños del maestro Shirow más allá de las ilustraciones que amenizan las distintas secuencias de juego) el efecto gráfico de sombreado y
semi-render de los protagonistas a la hora de luchar queda un poco raro, excesivamente mecánico. Sin dudarlo preferimos las elaboradas 2D de las anteriores versiones de
GBA, donde los combates quedaban mucho más lucidos. Por contra, la opción de no perder nunca el mapa (identico al de anteriores entregas) de vista es todo un acierto, al igual que la interfaz táctil, cómoda e intuitiva, y complementaria al control tradicional de cruceta y botones.
Tenemos que despedirnos ya, hay que seguir avanzando en el periplo de este héroe. En nuestra próxima sesión hablaremos de algunos de los mejores puntos del juego, como los capítulos especiales, la increíble banda sonora o la inclusión de un modo Wi-Fi.