El punto más débil de
Fire Emblem Fates: Conquista / Estirpe está en la innovación dentro de la saga, aunque incluso aquí sale bien parado
gracias a la inclusión de nuevos tipos de unidades, o las transformaciones de clases (ambientando la aventura de
Estirpe en una especie de
Japón Medieval). El equipo ha querido construir un juego en el que realmente
decidamos lo que queremos hacer (algo que se entiende mejor con la versión digital del juego), y ha conseguido sorprendernos con este enfoque. Eso sí, dejando a un lado ese aspecto y pequeñas novedades como las
Venas de Dragón - que afectan a elementos jugables del mapa y cambian sutilmente la estrategia - no hay una revolución dentro de la saga... Aunque, claro, tampoco hace mucha falta,
Fire Emblem ya es brillante como es.