A nivel jugable
Everybody 1-2-Switch! vuelve a apostar por el JoyCon para mostrarnos el potencial de sus sensores y su control por movimiento, en pruebas tan variadas como inflar globos, duelos de samuráis o buscar un mando
escondido en una habitación... Pero la novedad está en la inclusión de móviles como un segundo tipo de control, lo que hace posible llegar al los 100 jugadores que se anuncia como máximo; eso sí, será en pruebas concretas, como en concursos de preguntas, o en otras en la que se aprovecha su cámara, como rastrear colores o participar en una subasta.
Como suele ser habitual,
Nintendo le da una
vuelta de tuerca a los juegos clásicos y hace que disfrutarlos con amigos sea muy divertido, al menos para partidas cortas (hay que tener en cuenta que las opciones no tardan en repetirse, aunque hay diferentes opciones dentro de cada juego para hacer la acción más variada). El único
pero que podemos poner es que al apostar por dos sistemas de control realmente no se ha aprovechado al máximo ninguno, y que en nuestra experiencia de juego ha habido alguna desconexión de los jugadores con móvil, fallitos puntuales, pero que claro, paran a todo el mundo de jugar.