Análisis Dynasty Warriors: Gundam Reborn - Playstation 3

El punto más completo de Dynasty Warriors: Gundam Musou es lo completo que resulta para los fans de la franquicia, ya que cuenta con más de 120 robots de la saga, además de a los pilotos más conocidos y carismáticos, y sus voces originales en japonés. El modo campaña nos llevará fácilmente 12-15 horas de juego mientras revivimos algunos de los momentos más intensos de la serie, pero es solo el principio; después llega el Modo Ultimate para que experimentemos a gusto con nuestros robots favoritos, aliados o enemigos. También se suma un modo cooperativo para 2 jugadores (a pantalla partida en local), un detalle siempre de agradecer.

Si habéis jugado alguna vez a la saga Dynasty Warriors, ya habéis jugado a este Gundam Reborn; básicamente se trata de hacer combos imposibles contra ejércitos completos de enemigos, abriéndonos paso a espadazos (o con armas como los látigos de energía, pistolas, cañones, escudos) y tratando de llegar a puntos concretos del campo de batalla para darle la vuelta. Aquí hay que destacar la opción de manejar a algunos de los Mechas Gigantes de la serie en fases puntuales, y acabar con los robots enemigos como si fueran muñequitos...

Con otros juegos de la misma franquicia en la consola (y con un cel-shading que le sentaba bastante mejor a la fórmula), Gundam Reborn no aporta demasiadas novedades, más allá de la posibilidad de intercambiar robots y hacer cross-overs en el modo Ultimate (una especie de modo libre en el que podremos realizar cualquier misión con nuestro mecha favorito), y de contar con algunos modelos que nunca se habían visto antes en un videojuego. Nada nuevo bajo el sol...

Buscando conseguir batallas con decenas de enemigos simultáneos los chicos de Omega Force y Tecmo Koei han descuidado otros aspectos, como los escenarios de combate (que son muy sosos y están muy vacíos) o del rendimiento del motor gráfico, que aquí presenta importantes altibajos (como ralentizaciones en momentos con muchos enemigos en pantalla). No sabemos si es por abandonar el cel-shading de las últimas entregas, pero el juego nos ha parecido más tristón gráficamente. La banda sonora se limita a ambientar, y echamos en falta las geniales composiciones de la serie, en lugar de música genérica en muchas batallas. Nos llega con textos en inglés, pero para compensar podremos elegir las voces en japonés.