Tan pronto empiezas a mover a Dust, el protagonista y personaje principal, por la pantalla sabes que el juego te va a gustar. Es una delicia verlo moverse (o que lo movamos nosotros que somos quienes lo controlamos), realizar cada acción, cada ataque normal o especial, acabar con los primeros enemigos (y los del medio, y los finales,?), o simplemente mirar los preciosos escenarios en donde la acción transcurre. La historia nos sirve perfectamente para guiarnos en la acción, aunque a veces hay tanta que pasamos más tiempo leyendo que metidos de lleno en la acción, quizás con la idea de ser tratado como un juego de rol de acción a pesar de que todo el desarrollo del juego es de tipo hack?n slash, con ciertos toques de plataforma. Nos hubiese gustado que no se repitiese tanto el estilo de juego, así como que no tuviésemos que pasar varias veces por el mismo escenario para que el juego durase más, pero la verdad es que al final eso importa poco.