Dragon Quest VI puede presumir de ser uno de los mejores
RPGs de
SuperNes, incorporando cosas tan importantes - y que ahora consideramos fundamentales - como la animación de los enemigos en las batallas, o la opción de hablar con compañeros de nuestro grupo para pedirles ayuda o información. El juego aprovecha y enriquece el sistema de trabajos/clases visto en otras entregas, así como elementos
como el cambio de día y noche, con diferencias en las conversaciones/actualciones de algunos personajes.
La historia, tras un prólogo contorlando a poderosos héroes, nos mete en la piel de un chico pueblerino que, sin quererlo, se verá envuelto en una aventura colosal
descubriendo que realmente existen dos mundos, uno paralelo al suyo... Y que un enorme mal está a punto de destruirlo los dos. Poco a poco se le irán uniendo aliados en su misión de descubrimientos,
y nosotros disfrutaremos de una historia mágica, llena de sorpresas, momentos emocionantes y personajes inolvidables. Bienvenido al mundo de
Los Reinos Oníricos.
Los combates son por turnos clásicos, y desde la perspectiva en primera persona típica de los primeros episodios de la saga; por supuesto, técnicamente han mejorado bastante (como todo el juego, especialmente los escenarios), aunque
su corazón sigue siendo el mismo: entrenar a los personajes, explorar para encontrar secretos (como medallas, que nos conseguirán mejores items), descubrir la mejor clase para cada uno, equiparlos bien y que tengan las habilidades que necesitamos para ir venciendo a los jefes y avanzando en la trama.
Entonces...
¿Qué hace tan especial al título? Pues su cuidada historia, sus trabajados personajes y su divertido desarrollo; un equilibrado número de combates (ni excesivo ni un paseo), una dificultad muy bien ajustada, una profundidad enorme para el que quiera disfrutarla, pero no obligatoria para el que no quiere ahondar... Y, sobre todo,
una historia lo suficientemente abierta como para dejarnos mucha libertad para descubrir por nosotros mismos, pero siempre sin dejar que nos perdamos inutilmente. Esto, unido a pequeñas decisiones con gran importancia (por ejemplo, reclutar nuevos personajes) le da un enorme empaque al juego.
Con respecto a las novedades de DS, tenemos:
- Pérdida de poder para una de las Clases, los
Maestros de Monstruos (que podían domesticar a determinados enemigos para que nos ayudaran en el combate) han perdido parte de su habilidad. Esto ha sido sustituido por
la búsqueda de monstruos especiales (en su mayoría, Slimes), en las distintas ciudades, que luego sí podremos llevar al combate. Una pena no haber mantenido la idea del original... Aunque, realmente, no se hecha demasiado en falta.
- Se han añadido un nuevo minijuego protagonizado por los
slimes, especialmente creado para la portátil y que se añade a la perfección a los del juego clásico, como la
Arena Slime o el concurso de vestimenta... Una forma de añadir variedad.
- Existe un modo
Tag para intercambiar información con otro jugador, aunque aquí no hay opciones multijugador (ni soporte online, tiene que ser local), sólo obtendremos items como recompensa.
Resulta un poco desconcertante que
no se hayan querido aprovechar más las capacidades de la portátil, como dejar de lado la interfaz táctil o haber optimizado más los menús... De cualquier forma hablamos del
remake de un clásico, y es fácil ser comprensivo.
Una vez más tenemos que quitarnos el sombrero ante la traducción del juego al castellano, que nos llega de manos de
Nintendo; si en el original japonés en los pueblos encontrábamos distintos
giros al hablar (al estilo de los cantones de Japón), aquí se ha intentado repetir el efecto con distintos acentos y formas de hablar (con muchas "s", en plan andaluz...), y el resultado es muy bueno, potencia la ambientación de los distintos pueblos.