A nivel técnico,
Dragon Quest Builders 2 es un título muy colorido, sólido y bien rematado. Es cierto que visualmente podría dar mucho de sí (y hay aspectos en PS4 que parecen
retrasados por la versión de Switch), pero al ser un juego de construcción con enormes escenarios totalmente personalizables es fácil entender ciertas limitaciones. Lo que cuesta más 'perdonar' es la longitud de las cargas, sobre todo en el cambio entre zonas, y la falta de IA de los enemigos.
El apartado sonoro es excelente, con un buen abanico de temas inspirados en las geniales composiciones del maestro
Koichi Sugiyama, perfectos para ambientar los momentos más intensos de la acción, pero también las largas etapas de construcción (sin señales de cansancio). Se agradece la alternativa de voces en japonés, y por supuesto, los textos en castellano.