Posiblemente el punto más débil de
Dragon's Dogma 2 sea el apartado gráfico, y aquí tenemos que puntualizar muy claramente para contrastar sus enormes aciertos y sus pequeños problemas. Para empezar, tenemos un gran mundo abierto sin cargas, una gran física, elementos como el fuego o la electricidad perfectamente reflejados, y criaturas enemigas que - si bien son un tanto limitadas en variedad - actúan de una forma muy realista. Es un mundo vivo que podemos explorar de diferentes maneras, utilizando tanto a enemigos para volar como magias para crear
escaleras improvisadas, o jefes finales para que destruyan parte del escenario o nos hagan de puentes vivientes...¿El problema? Que esto tiene algunos altibajos en el rendimiento, especialmente en PS5 (que está limitada a 30FPS, llegando incluso a menos), y que hay pequeños
bugs en momentos muy puntuales que si bien no ensombrecen el resultado final sí que le pasan un poco de factura al rendimiento, especialmente cuando nos pueden costar la vida de un Peón, o repetir un combate o desafío. En lo artístico hay un gran mimo y cuidado tanto en personajes (el editor es completísmo) como en los escenarios, y aunque en un primer vistazo todo puede parecer
un poco gris, al avanzar en la aventura vamos a ver escenas preciosas, y a los enemigos con grandes físicas interactuando entre sí con nuestros aliados y otros monstruos, como si de un
Monster Hunter se tratase.
El apartado sonoro es simplemente sobresaliente, con momentos realmente brillantes y composiciones elaboradísimas;
Satoshi Hori, Hana Kimura, Masahiro Oki y Shusaku Uchiyama han encajado perfectamente como un
Dream Team y han creado una banda sonora espectacular, con temas sobresalientes que no vamos a dejar de tararear, y melodías que ambientan a la perfección cada momento de la acción. Los usuarios españoles nos tenemos que
conformar solo con los textos en castellano - con una gran traducción - subtitulando las voces en inglés y japonés, con un nivel igualmente excelente.