Desde la primera vez que probamos el nuevo
Raging Blast 2 en sus versiones
beta para prensa
vimos que había potencial para convertir el título en algo más que una ampliación de la primera entrega... Y no nos equivocábamos, al menos no del todo.
El mayor acierto de
Dragon Ball: Raging Blast 2 es seguir puliendo la mecánica de combate, haciendo los combates más intensos y divertidos. ¿Cómo? Bueno, se han marcado las diferencias entre los distintos luchadores, dándoles ventajas y desventajas, se
ha mejorado el sistema de combos y se ha añadido el
Raging Soul, un sistema con el que
sacrificamos los ataques energéticos a cambio de
combos más potentes, largos y devastadores. Ojo, sigue habiendo fallos
y los combates se pueden decidir con facilidad como intercambio de ataques energéticos, pero las mejoras están ahí y los fans sabrán aprovecharlas.
Sumar 20 nuevos personajes - incluyendo a grandes olvidados, como
Hatchiyack de la OVA
Misión para Exterminar a los Saiyans - siempre es algo a agradecer...
Pero resulta muy difícil entender por qué se han incluido a luchadores secundarios de películas (que apenas luchan o tienen peso en la historia) y se han dejado fuera a personajes importantes en la serie principal, como
Kaioh Shin, o a protagonistas de películas como
Tapion. Es como hacer las cosas
medio-bien... O preparar el camino a la tercera entrega, lo que puede provocar sensaciones de mosqueo a los jugadores. De la misma forma
hay aspectos en la recreación de personajes que siguen siendo mejorables, como que
Piccolo todavía tenga cinco dedos (en lugar de los 4 que tiene realmente) en cada mano por aprovechar el modelado base del resto de personajes; no costaría demasiado trabajo añadir más
mimo a la adaptación de los personajes, y menos de nombres tan importantes.
Y si es incomprensible que haya ausencias importantes, es
injustificable que se haya eliminado el modo historia, y más de la forma en que se ha hecho. Entendemos que haya jugadores a los que ya no los interese desbloquear todo el contenido del juego reviviendo las distintas sagas de
Dragon Ball, e incluso agradecemos el esfuerzo de
Namco-Bandai por añadir algo nuevo como el
Modo Galaxia con desafíos concretos para cada personaje... Pero
este modo parece hecho deprisa y corriendo, sin preocuparse realmente de adaptar los combates a los personajes. Hay multitud de combates que no tienen sentido argumental ni justificación como luchas
imaginadas en plan "y si"... También nos hubiera gustado una mínima justificación de los desafíos, excusas para las luchas contrarreloj o con handicap, frases de inicio y fin de combate con sentido. Hay algunos personajes que tienen este modo salvable, pero en su mayoría deberían ser rehechos. El tener que investigar con distintos personajes para conseguir objetos que nos hagan superables los retos tampoco es algo a lo que le veamos mucho sentido.
Por último, destacar que
resulta muy confuso quedarse sin poder avanzar en los retos de un personaje concreto (y conseguir el 100%) porque tiene que aparecer nuevos retos desbloqueados por otro personaje... Que muchas veces no tiene nada que ver con el interesado. Para nosotros ha sido más frustrante que divertido.
Las cacareadas novedades técnicas existen - y se agradecen -, sobre todo con detalles como los nuevos escenarios o algunas mejoras en los efectos... Pero más allá del controvertido cambio estético (al que nos hemos acostumbrado enseguida, aunque esto sea muy personal)
el corazón gráfico de Raging Blast 2 es el mismo que el del primer título, y reaparecen los fallos de
clipping o la
cámara, con serios problemas en escenarios con varias alturas como
el palacio celestial o la zona de islas; las mejoras en este aspecto han sido mínimas. El audio ya estaba muy bien - y sabemos que no se pueden incluir las canciones originales en occidente por problemas con los derechos - por lo que el siguiente aspecto a pulir era el modo online,
y aquí sí que encontramos los cambios necesarios. Ahora se penalizará a los jugadores que se desconectan para evitar las derrotas ó se nos permitirá hacer cambios en la personalización de nuestros luchadores para probar distintas estrategias. Nuestras primeras horas jugando ya a la versión definitiva en línea han sido muy satisfactorias,
y la Raging Soul es un aliciente que puede dar mucho juego contra los que abusan de los ataques energéticos.
Como conclusión
nos quedamos con la sensación de que tenemos entre manos un título superior al primer Raging Blast en muchos aspectos, pero que por no cuidar los detalles se queda atrás en otros puntos también importantes; una sensación agridulce que nos obliga a mirar al - previsible - Raging Blast 3.