Sabíamos que sería el gran juego de Bethesda para este E3 2019, y así ha sido (junto, quizás con la presentación de lo nuevo de Tango). Un público entregado de inicio a fin ha vitoreado todo lo que Bethesda quería enseñarnos en su conferencia pero con DOOM Eternal han sido especialmente efusivos. Y la verdad es que lo que hemos visto nos ha gustado mucho, muy en la línea de lo que ya se presentó hace un año cuando lo pudimos ver por primera vez en 2018.
En lo jugable vuelve a repetir mucho de lo que ya vimos en el excelente juego de 2016. Hablamos de una velocidad endiablada (que le viene al pelo), mayor calidad gráfica con escenarios más detallados y mayor cantidad de enemigos en pantalla, lo que puede parecer confuso para los que no hayan jugado al original pero que resulta su punto más excitante para los que sí lo hemos hecho.
Aun así, hay varios elementos que llaman la atención de un primer vistazo. Por ejemplo, la enorme cantidad de enemigos diferentes que hemos visto es muy curiosa tratándose de una continuación pura, algo que por ejemplo en ninguno de los Wolfenstein ocurre (hay, pero la mayoría son reutilizados). También se han añadido muchas más formas de acabar con los enemigos cuerpo a cuerpo, algo muy importante en la jugabilidad de la primera parte al ser la forma en la que obtendremos munición (si los enemigos parpadean de naranja) o salud (si parpadean de azul).
También en los escenarios tendremos diferencias. Si en la primera parte estábamos en la Tierra, Marte y el Infierno (literalmente), en DOOM Eternal visitaremos otros muchos lugares y veremos a diferentes tipos de personajes y enemigos en cada uno de ellos, ya que Doom Slayer (el protagonista, aún sin nombre) visitará diferentes dimensiones para librarnos de la cantidad de demonios que lo asolan todo). Además de en la cantidad, en ellos podremos movernos de diferentes formas como ya vimos en la presentación oficial. El doble salto nos hará llegar más lejos gracias al uso de lianas para balancearnos, y también a poder agarrarse a ciertos salientes para saltar en ellos y llegar aún más lejos, por lo que la combinación de todos ellos nos permitirá pasar mucho tiempo en el aire antes de caer sobre la cabeza de algún demonio.
Por último, también queremos destacar una nueva experiencia multijugador denominada
Battlemode presentada en la conferencia de Bethesda y que viene también a la que ya mostraron en su momento en la presentación oficial del juego en 2018. Hablamos de un modo híbrido en el que un jugador será el Doom Slayer (humano) con toda clase de armas y munición, y otros dos jugadores deberán intentar matarlo utilizando enemigos para ello, controlando a algunos de ellos e invocando a otros. De esta forma, los dos jugadores deberán utilizar la estrategia para saber a qué enemigo invocar (hay un número limitado) mientras ellos mismos atacan con todo lo que tienen al jugador humano. Este modo suena muy divertido y es una nueva vuelta de tuerca a los modos cooperativos asíncrono que últimamente hemos visto en otros juegos, y el hecho de ser solo para tres jugadores lo hace idóneo para disfrutar con amigos.
El resumen sería que DOOM Eternal tiene muy buena pinta, y es justo lo que se podría esperar de una continuación bien hecha, con más enemigos, armas, escenarios, historia y expansiones que, en esta ocasión, sí que serán de la historia (además de DLCs multijugador).