El modo Campaña de DOOM Eternal nos permite iniciar una partida en la historia del juego que, recordemos, continua donde termina
DOOM original lanzado en 2016. Es un juego difícil como ya lo era también su antecesor, por lo que la elección inicial del modo de dificultad es importante.
Para este modo de juego podemos seleccionar hasta seis modos de dificultad diferentes con diferentes ajustes.
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No quiero morir: El modo fácil del juego. Los enemigos atacan con menos frecuencia e infligen menos daño. Sigue siendo una experiencia difícil pero no tan complicada como en otros modos.
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Hacedme daño: El modo normal del juego. Si no jugaste a DOOM de 2016 pero se te dan bien los FPS, empieza con este modo ya que los movimientos del personaje y la gestión de armas hay que saber manejarla.
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Ultraviolencia: El modo difícil del juego. Vas a morir bastante porque los enemigos lanzarán ataques con mucha más asiduidad y de relativo daño y puntería.
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Pesadilla: Pues eso, el modo más difícil del juego en el que vas a morir mucho incluso si tienes control de otros FPS y has jugado al anterior DOOM. Hay que saber cada tipo de arma para cada enemigo, moverse con agilidad y tener puntería.
Adicionalmente a los cuatro modos de dificultad también podemos seleccionar dos modos más desde nuestra primera partida, y que suponen variaciones de los cuatro anteriores a cual más difícil:
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Ultrapesadilla: El modo Pesadilla pero con un extra; si mueres la partida se acaba. Todos los ajustes de dificultad Pesadilla se mantienen pero con Permadeath. Recomendado solo para expertos.
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Modo Vidas Extras: En este modo tendremos que seleccionar un ajuste de los cuatro anteriores, No quiero morir, Hacedme daño, Ultraviolencia o Pesadilla, pero tenemos una serie de vidas que si se agotan se acaba la partida, es decir, permadeath con varias vidas. Iremos encontrando repartidos por el escenarios vidas extras que nos alargan la partida, pero sigue siendo una experiencia muy difícil.