En 2016 hubo muchos FPS, como todos los años, y la verdad es que el mercado empezaba a saturarse un poco con clónicos de juegos que sabemos que funcionan y que las compañías se afanan en replicar para seguir su estela, todo eso sin contar con aquellas que lanzan sus franquicias anuales repitiendo una y otra vez sus propias fórmulas. Por eso,
id Software y
Bethesda Games Studios hicieron algo muy grande como DOOM, intentando replicar la fórmula original de 1992 con la tecnología actual y añadiéndole un buen puñado de elementos jugables para crear una maravilla que cualquier aficionado al género debería probar.
En este 2019 tendremos la esperada secuela que va un pasito más allá, manteniendo la fórmula original en casi todos sus elementos y añadiendo otros nuevos para intentar mantenerla lo más fresca posible. Aún así, y tras haber jugado durante una hora y haber charlado con sus desarrolladores, y haber visto también metraje de otras zonas y otros jugadores, queremos compartir con vosotros lo que nos pareció.
Como decimos, el sistema de control es calcado al del original, y los movimientos de nuestra DOOM Slayer (el protagonista) son también muy parecidos, por lo que tendremos esos movimientos rápidos y fluidos de la primera parte que tanto gustan a sus aficionados. También se le han añadido algunas novedades, como el uso de una sierra mecánica con el botón (X en Xbox One, Cuadrado en PS4) que necesita gasolina para funcionar y que tendremos que ir recogiendo por el camino. También contamos con un lanzallamas que también necesita de la misma gasolina (Y en One y Triángulo en PS4) y que tiene la particularidad de que no hace un daño extremo en el enemigo, sino más bien
lo deja asándose a fuego lento y quemándose disminuyendo levemente su energía hasta llegar a cero, y mientras va soltando poco a poco munición que podemos ir recogiendo (o bien rematarlo con cualquier otra arma). El lanzallamas es un arma efectiva también para distraer a los demonios, ya que además de quitarles vida poco a poco los dejará medio atontados mientras pasa esto (al menos a los más pequeños), lo que también nos permite dedicarle más tiempo a los más grandes que son los que hacen más daño.
También tendremos algunos movimientos nuevos, principalmente en los saltos. Tenemos el salto simple y el doble salto, gracias a los cuales pasaremos mucho tiempo en el aire en este juego. ¿Cómo? En los escenarios encontraremos salientes a los que podremos agarrarnos para subir a zonas altas, y también
elementos dinámicos a los que podemos agarrarnos y balancearnos, y que se encuentran situados en zonas elevadas, así que nos veremos balanceándonos de un lugar a otro o incluso enganchándonos a varios de estos para surcar el aire disparando a los enemigos desde arriba o para caer sobre ellos a saco.
Donde más hincapié hicieron sus desarrolladores está en
éste es el sistema de combate táctico que ellos defienden que DOOM, y que no solo está en DOOM Eternal sino también en el original aunque en mayor medida en Eternal. Por sistema táctico (o shooter táctico, como lo denominan) quieren decir que cada tipo de enemigo está diseñado para ser vencido más fácilmente con un tipo de arma concreta, por lo que el jugador deberá experimentar con todas ellas hasta dar con la más adecuada e ir acabando con ellos de esta forma. Si una zona está llena de ellos, el objetivo del jugador es ir usando cada arma con cada uno de ellos mientras esquivamos al resto, o bien intercambiar de armas muy rápidamente para ir acabando con los que nos vamos encontrando. La cosa está en que cuando no tengamos munición de dicha arma sí que tendremos que utilizar el arma que tengamos a mano o la siguiente que más daño le haga.
Este sistema es confuso al principio, y a todos los que probamos la demo nos costaba trabajo avanzar durante los primeros minutos, principalmente porque la forma de jugar más habitual es la de utilizar el arma que más nos guste en cada momento (generalmente la más poderosa) mientras tenga munición e ir cambiando al resto cuando no tengamos munición. Esto hace que los enemigos no caigan tan rápido como deberían, por lo que será el jugador quien vaya disminuyendo su salud por la gran cantidad de enemigos que puede llegar a haber en la pantalla (dependiendo también del nivel de dificultad que lo hayamos puesto de los tres iniciales, Fácil, Normal, Difícil, con un cuarto de Infierno bloqueado hasta terminar el juego por primera vez). Eso sí;
el progreso del juego hará que inicialmente no haya tantos tipos de enemigos diferentes ni de armas a nuestra disposición, por lo que aprender y practicar será más fácil inicialmente. Aún así, no lo consideraríamos como un juego fácil, ni tan siquiera en el modo Normal de dificultad.
La conclusión puede ser que lo que jugamos nos recordó mucho a la primera parte, el mismo tipo de movimiento, la misma IA de los enemigos, y el mismo estilo y calidad gráfica. El sistema de combate sí que ha sido modificado para ofrecer algo más que simplemente disparar a todo lo que se mueve en pantalla, y nuestros movimientos ahora serán más dinámicos gracias a los nuevos elementos en el escenario que nos permiten hacerlo con mayor agilidad. DOOM Eternal es, básicamente, una evolución lógica a un gran juego que no pretende una gran innovación sino continuar con el camino marcado con el DOOM original. Nosotros estamos impacientes por seguir destrozando demonios en noviembre, volando por sus cabezas y, después, partiéndolas por la mitad.