Un punto verdaderamente flojo está en el apartado técnico. No es que sea malo, ni mucho menos, ya que el nivel de detalle a nivel de juego también lo encontraremos a nivel gráfico, con escenarios plagados de objetos dinámicos y cosas que se pueden hacer con ellos (interactuar, coger, usar...). El problema está en los modelados de todos ellos y en su animación, muy mejorable en todos los aspectos, ya que
parece un juego de hace unos cuantos años (más de uno) al que se le ha añadido la posibilidad de que corra a 60FPS y a una resolución a 1080p. El poder dividir la pantalla en dos y llevar dos juegos a la vez podría explicar esta situación (es más que probable que éste sea el motivo), pero no todo el mundo jugará en casa con otra persona a dos jugadores, por lo que se perjudica a unos para beneficiar a otros. Esto tampoco explican algunos de los fallos técnicos que hemos encontrado y que, incluso, bloquean la consola (no pasa mucho, pero sí que nos ha pasado siendo una versión final). Esto se solventará con algún que otro parche (como últimamente nos hemos acostumbrado tanto en PC como en consolas), pero de momento no lo hemos visto. Otro tirón de orejas para la banda sonora, que parece más pensada para una discoteca de los años 70 que para un juego de época, y resulta que no ambienta en nada y ni siquiera es bonita de escuchar. Aparte, el juego está traducido al español pero no doblado, y muchos juegos de palabras y chistes nos los perderemos si no dominamos el inglés, ya que la traducción en estos casos no es buena (zonas donde te hablan en rima pero no está traducida o juegos de palabras que nisiquiera se han intentado adaptar). El lavado de cara de la versión PC aparecida en 2014 no es suficiente para las consolas actuales, aunque los jugadores del juego original en ordenadores sí que agradecerán que se les mejore ligeramente el apartado visual (ya que les sale gratis la actualización).