Probablemente la mayor fortaleza de
Disney Illusion Island es el control, maniobrabilidad y respuesta de los personajes, construyendo el pilar central de un plataformas muy divertido, accesible y fácil de disfrutar. Y es que en esta aventura ni
Mickey ni sus amigos podrán atacar directamente a los enemigos, por lo que el esquive, el salto y el
timming para esquivar trampas, obstáculos y enemigos es fundamental para avanzar. Eso sí, el nivel de reto no es muy alto, y con un poco de habilidad y mínimas dosis de paciencia llegaremos al final de cada fase y superaremos a los jefes.
Un punto que nos ha gustado mucho ha sido la idea de ir mejorando a nuestros personajes con más habilidades (ideal para hacernos con el control de forma progresiva, y enriquecer el diseño con distintas trampas) y la presencia de llaves y nuevas zonas que iremos abriendo, al estilo
Metroid/Castlevania. Esto ofrece una sensación de progreso muy interesante, y aumenta las ganas de volver a determinadas fases en busca de extras y secretos.