No era ninguna sorpresa. Desde que hablamos por primera vez de
Dishonored hace ya unos cuantos meses dijimos que apuntaba maneras y que
si todo iba como debía estaríamos ante uno de los mejores juegos de 2012, y al final
todas las expectativas se han visto cumplidas.
Arkane Studios, la compañía desarrolladora del juego, ha creado una nueva franquicia de la nada rescatando algunos elementos de otros juegos clásicos y añadiéndole algunos elementos originales que hacen que su jugabilidad, diversión y adicción se disparen hasta cotas que personalmente no había vivido este presente año.
Empezamos describiendo cómo es Disnohored. Diremos que es
un juego de infiltración de corte muy similar a los de la clásica franquicia de Eidos Thief, es decir, un juego en primera persona en el que recibiremos misiones de otros personajes y para realizarlas el elemento principal será ocultarnos y pasar desapercibidos ante los enemigos mientras vamos explorando el mapeado y cumpliendo los objetivos que se nos asignan. Comparándolo con juegos más recientes podríamos decir que es
similar a Splinter Cell o Metal Gear Solid pero en perspectiva de primera persona y una ambientación que nos sitúa en una especie de Inglaterra victoriana con elementos futuristas.
En estos juegos que decimos suelen ofrecer al jugador una serie de herramientas o gadgets para pasar desapercibidos, como mini-mapas o gafas de visión nocturna, pero en el caso de Dishonored contaremos con otros elementos muy diferentes, que es donde
demuestra ser completamente distinto a estos, y es en los poderes especiales de su protagonista, Corvo. Es fácil imaginar cómo sería cualquier otro juego en primera persona donde el jugador pudiese moverse y actuar casi como si fuese inmortal e indestructible y es que esta es la sensación que tendremos en muchos momentos en Dishonored.
Para empezar, una de las habilidades que tendremos a nuestra disposición será el sustitutivo de estos mini-mapas de otros juegos del género, y que es conocida como
visión tenebrosa. Esto nos permitirá ver a los enemigos cercanos a través de las paredes (como una silueta amarilla) e incluso hacia donde están mirando, todo ello en primera persona (lo que es mucho más útil y preciso). También contaremos con distintos tipos de ataques especiales, como el de
ráfaga de viento o el
ataque voraz, que enviará un grupo de ratas asesinas hacia nuestros enemigos.
Sin embargo, la habilidad especial que más utilizaremos durante el juego es la que han traducido como
guiño (el juego está completamente en español, voces y textos), y nos permitirá tele-transportarnos distancias cortas de espacio en un instante. Nos será muy útil para huir de los enemigos si nos descubren o para explorar los escenarios de miles de formas distintas.
Éste es uno de los puntos clave de Dishonored, ya que el juego ha sido diseñado con esta habilidad en mente, y en cada escenario encontraremos puertas, ventanas, salientes, cornisas y muchísimos más elementos por los que podremos explorarlos, algo que resulta ser una delicia por la libertad que ofrece para llegar a cualquier punto, pudiendo hacerlo de infinitas formas (y por tanto, cualquier misión), además de
aumentar la re-jugabilidad exponencialmente.
Para adquirir y mejorar estas habilidades tendremos que encontrar unas runas escondidas por el mapa. A diferencia de la mayoría de los juegos que nos ocultan diarios o trozos de amuleto que deberemos buscar para darnos
logros, en
Dishonored estas runas nos harán cada vez más poderosos, por lo que a pesar de no ser necesario gastaremos mucho tiempo en buscarlas. Para ello contaremos con otra habilidad que se activa con un corazón que obtenemos al principio del juego y que nos mostrará la posición exacta en el escenario. Mientras que en otros juegos sólo los "caza-logros" siguen intentando conseguir todas esas piezas, en Dishonored cualquier jugador tratará de hacerse con ellas, y conseguirlas nos obligará utilizar todos nuestros poderes; por ejemplo, saltando con guiño, convirtiéndonos en ratas para pasar por agujeros pequeños o deteniendo el tiempo para que no nos vean los enemigos, toda una delicia (¡y encima nos hacemos más poderosos!).
La historia del juego también está bien llevada. Cuenta con giros inesperados y algún que otro personaje carismático (no queremos desvelar nada?), pero se le echa en falta un villano final similar a nosotros o a alguien más poderoso al que podamos enfrentarnos y que resulte ser un verdadero reto (sobre todo que nos haga sentir que queremos enfrentarnos a él por todos los males que ha hecho) así como algo más de sensibilidad. Quizás en un juego de estas características estos elementos (enemigos, historia, la propia misión a realizar?) sean lo de menos, pero aún así no hubiese estado mal. Y no es que la historia sea mala. Como decimos tiene coherencia y está bien llevada, pero se pierde en el desarrollo del juego y
en muchas ocasiones no nos importan lo que nos digan y sólo queremos que nos den un nuevo objetivo para ir a realizarlo.
Gráficamente, el juego tiene un estilo muy curioso que podría ser un arma de doble filo. Sabemos que en la mayoría de los juegos los gráficos suele ser uno de los reclamos más importantes para que los jugones se sientan atraídos, y
Dishonored cuenta con un estilo artístico que más podría parecer sacado de un cómic antiguo a color, con unos escenarios y personajes muy detalladosí. Aún así, comparándolo con otros juegos actuales se podría quedar un poquito atrás por culpa de esas texturas que deberían estar más trabajadas. Eso sí, la potencia de las consolas actuales se han aprovechado gracias a la física del juego y de esos escenarios tan grandes y abiertos y con tantas posibilidades (y a los poderes de Corvo, como la visión tenebrosa, que tira de muchos recursos).
La inteligencia artificial de los enemigos tampoco está demasiado conseguida. El juego ofrece distintos tipos de enemigos, e incluso los más avanzados con poderes similares a Corvo se comportan de una forma muy similar, es decir, nos ven y se van a por nosotros de cabeza (con raras excepciones que buscan una alarma cercana para atraer más enemigos). Puede ser por lo mismo que lo dicho en el apartado técnico. Hay que tener en cuenta que si un enemigo es capaz de tele-transportarse de un sitio a otro o subirse a cornisas consume muchos recursos todo el cálculo de rutas.
Ojo, con todo lo que hemos dicho no quiere decir que el apartado técnico sea malo. Los escenarios, como decimos, son grandes y están llenos de posibilidades de exploración, además de muy detallados. Los modelados de los personajes también cumplen con nota, aunque la mayoría son muy parecidos entre si y muchos de ellos ni tan siquiera tiene cara (están cubiertos por máscaras, lo que reduce el nivel de potencia necesaria). El doblaje al español es otro punto destacable pero también ocurre igual que los modelados (muy pocas voces y frases que se repiten una y otra vez).
Por último, comentar lo que podría considerarse como el único problema
serio de Dishonored. Cuando empezamos a jugar, Corvo no tiene ningún poder y se controla como si de un juego en primera persona se tratase con el mismo sistema de control, pero poco después obtenemos un arma cuerpo a cuerpo, armas de largo alcance, nuestros primeros poderes y objetos que encontramos repartidos por el escenario que no sabemos si podremos o no usar, todo ello sin
ningún tutorial que nos indique cómo usarlos. Por ello, la primera hora y media nos sentiremos un poco perdidos hasta que no experimentamos todas las opciones (y cargamos varias veces la partida) y aprendemos su manejo, por lo que el juego puede ser bastante árido para gente que no haya jugado nunca a un
shooter o a una aventura en primera persona.
Con todo lo dicho, podemos concluir que
Dishonored es un juego excelente. El haber creado un personaje con tanto poder hace que nos guste explorar todos los escenarios una y otra vez y de muchas formas distintas, re-jugar cada misión para encontrar todas las runas y talismanes ocultos y disfrutar hasta el último minuto del juego. En aspectos para mejorar, el juego
no cuenta con modo multijugador, lo que unido a sus pequeños fallos hacen que exista mucho margen de maniobra para una secuela, la cual ya estamos esperando impacientes...