Sin duda alguna el punto más fuerte del juego, que sin contar con una historia especialmente apasionante - de hecho, está casi completamente estructurada en misiones y
quest - nos mantendrá decenas de horas pegados al mando abriéndonos camino entre demonios, consiguiendo mejores armas y armaduras, exprimiendo el potencial de nuestros personajes y poniéndonos a prueba con niveles de dificultad más altos y nuevos retos. A nuestro gusto, la mayor baza de esta versión es
el multijugador local, que aunque podría haberse exprimido más (no divide la pantalla ni siquiera a dobles, todos los jugadores tienen que ir juntos siempre) es justo lo que el título estaba pidiendo. Por supuesto, se mantienen las opciones de juego online.