Con un desarrollo de acción, aventura y puzle bien equilibrado,
Death's Door puede presumir de ser un juego realmente entretenido y en el que se disfruta de cada paso en la exploración, aunque también hay que reconocer que no se ha conseguido la excelencia en ninguno de estos apartados. La exploración no es nada rompedor, los puzles son sencillotes (e incluso acaban haciéndose un tanto repetitivos) y si bien la mecánica de combate es muy sólida, la falta de variedad de los enemigos hace que muchos duelos se vean como algo
obligatorio y repetitivo... salvo los jefes.
Los enfrentamiento contra los grandes enemigos del juego están entre los puntos más brillantes del título, y son otro de los reclamos para seguir avanzando (y disfrutando). Suponen un pico de dificultad, nos obligan a explotar las mecánicas de combate (como los esquives y golpes) y a esforzarnos para demostrar todo lo que hemos aprendido. No os vengáis abajo si os tumban algunas veces...