Con
Darksiders Genesis hay que reconocer el valor de THQ Nordic para seguir apostando por la franquicia, y ofrecer nuevos planteamientos y opciones para mantener - e incluso aumentar - su mundo. Conscientes de que otro episodio tan ambicioso como
Darksiders III podría haber sido un fracaso que acabara con
Los Jinetes, se ha apostado con interés y cabeza por un
giro visual al estilo
Diablo, pero manteniendo muy marcada la identidad de la saga: acción, plataformas, puzles y exploración (especialmente, esto último).
Es cierto, no obstante, que aunque la historia intenta justificar la unión de
Lucha y Guerra, se echa en falta la presencia de
Muerte e Ira para completar por fin la experiencia de controlar a los 4 Jinetes. El juego no solo no consigue que nos olvidemos de esta ausencia, si no que nos invita a preguntarnos por ellos dos, lo que apunta a una posible secuela (o DLC) controlando al resto, hasta llegar a la esperada unión. Sea como sea, la relación entre ambos jinetes protagonistas funciona muy bien (sus diálogos son divertidos e interesantes), y
Lucha nos ha dejado muy buen sabor de boca.